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Luz Gabás: novela con personajes a ritmo de rock

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photo_camera La escritora Luz Gabás.
Aficionada al heavy y al hard rock, la escritora oscense enlaza la historia de “El latido de la tierra” con temas de los Rolling, Elvis o Los Suaves

Si Luz Gabás cautivó a los lectores con “Palmeras en la nieve” (2012) y una adaptación al cine que obtuvo dos premios Goya, su nueva novela no pasará desapercibida. Si ya conquista una trama con una historia de amor y un crimen, “El latido de la tierra” es un libro escrito al ritmo del rock, porque tiene la particularidad de que todos y cada uno de sus capítulos llevan por título el nombre de una canción. No imprescindibles para la comprensión del texto, dichas composiciones sí dan un contexto a los personajes y a veces hasta parecen guiarlos. Cual banda sonora de sus vidas.

Aficionada confesa al heavy y al hard rock, la escritora nacida en Huesca (1968) y autora también de “Regreso a tu piel” (2014) y “Como fuego en el hielo” (2017) enlaza una historia a ritmo de “Paint it black” de Rolling Stones, “Child in time” de Deep Purple, “Take another little piece of my heart” de Janis Joplin, “Suspicious minds” de Elvis Presley, “Baba O’Riley” de Pearl Jam, “The End” de The Doors o “Forever Young” de Bob Dylan. Y en el capítulo tres hay rock español y particularmente orensano, bajo el título de “Siempre igual (Los Suaves)”. Si la novela tiene por protagonista a Alira, heredera de la mansión y las tierras que su familia conserva por generaciones y que se debate entre ser fiel a sus orígenes o adaptarse a la realidad, es decir, la España vaciada, en esta parte de la trama es cuando expresa a su entorno su padecimiento. 

“Quizás no sea tan mala idea exteriorizar los sentimientos”, piensa, al contar su problema a sus dos amigas de toda la vida. La charla cómplice transcurre en el mismo bar que frecuentaban desde su juventud, y con una música de fondo y una voz rota de Yosi Domínguez que consideraron “una señal”, acaso porque era hora de que Alira cambiara el rumbo de sus días. “Se sabían de memoria la letra de la canción ‘Siempre igual’, que hablaba de la tristeza de la rutina (…). Con voz desgarrada, el cantante maldecía la mañana. Hacía frío y lloviznaba. El protagonista odiaba a su jefe, que le echaba la bronca por llegar tarde otra vez. El pobre hombre tecleaba todo el día, durante diez años, soñando que le tocara una quiniela para escapar de esa vida como fuera (…). Sentía que la vida le había traicionado y se preguntaba por sus sueños mientras volvía otra vez a la misma rueda, a empezar otra vez, como en un bucle endemoniado. Siempre igual. Cada día”. 

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