Cuando ver Juego de Tronos supone irte a la cama rabioso y malherido
¡¡ALERTA SPOILER!!!
JUEGO DE TRONOS 6x03. La sexta y esperadísima temporada llega a su tercer episodio y aquí seguimos. Un domingo más delante del televisor, esperando para ver el resurgir de Jon Snow. Jon Snow, que no estaba muerto, estaba de parranda. Es imposible ponerse serio hablando de Juego de Tronos la serie donde nunca pasa nada hasta que pasan cosas.
Ser seguidor de esta producción de la HBO se convierte a veces en una auténtica tortura. Te pasas esperando casi un año de tu vida el estreno de la nueva temporada y cuando por fin llega el estreno más esperado te deja frio. Pero decides darle otra oportunidad, porque recuerdas a Ned Stark empalado, y a Joffrey vomitando sangre. Es entonces cuando llega el segundo episodio, y pacientemente seguimos esperando a que pasen cosas y bueno bien, resucita Jon Snow. Capítulo tercero, Jon Snow ha resucitado, ahora si que se va a armar gorda, que si, que si, que tenemos esperanzas puestas en el bastardo Jon Snow.
Pero sin embargo, nunca le quedó tan bien el término bastardo. Resucita y ¿Que hace? Marcharse. Y nosotros a la cama rabiosos y heridos de muerte por la decepción. Así funciona la llamada "Terapia de choque" en la ficción televisiva contemporánea. Odiamos esperar pero esperamos. Y esperamos. Y esperaremos.
