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CINE | "Mank", un guión deslumbrante en el Hollywood clásico

David Fincher propone una película deslumbrante sobre el poder en la que destacan las interpretaciones de Gary Oldman y Amanda Seyfried

A David Fincher siempre le ha apasionado la relación del poder con el individuo de a pie, ese proceso por el que el hombre queda alienado por las garras del poder al punto de ser despojado de su cualidad humana. Algo así se veía en “The game”, “El club de la lucha” e incluso en “La red social”.

En esta ocasión parte de un estupendo guión lleno de diálogos chispeantes agudos y cargados de ironía para  desmembrar ese proceso por el cual el hombre se convierte en una pieza sin alma del sistema. Y lo consigue apoyado en unas estupendas interpretaciones de Gary Oldman, en otra interpretación fabulosa que lo convierte en candidato favorito al Óscar a mejor actor, y Amanda Seyfried que interpreta a Marion Davies, la mujer de Randolh Hearst.

La química entre ambos es palpable y las secuencias en las que aparecen ambos son de los mejor de la película. Inolvidable toda la secuencia del paseo por la mansión de Hearst rodeados de animales exóticos al amanecer en la que ambos actores despliegan toda esa química en la que cada réplica es mejor que la anterior. El único defecto que le veo es que a veces esas réplicas ingeniosas impiden ver el fondo del personaje.

Todo está apoyado en un blanco y negro idealizado que retrata el alma del Hollywood más clásico.  Fincher está dotado de una inteligencia visual especial y de una capacidad del ritmo narrativo que hace que uno se quede enganchado al sofá. Pero “Mank” también es la historia del proceso de autodestrucción de un hombre que sabe sacar oro de sus propias miserias.

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