La Biblioteca Nacional acaba de inaugurar la exposición con la que se inicia el ciclo de actos conmemorativos de los 400 años de la muerte del autor de El Quijote. La efeméride reaviva el debate sobre si Cervantes era o no gallego
En vida su lugar de nacimiento, apenas tenía importancia. Los problemas de Cervantes eran más prosaicos que el deseo de presumir de convecino de sus futuros compatriotas. Lo mismo sucedió con otros ilustres nombres de la historia universal, como Viriato, que podría ser de Verín, Camoens, de Camos (Nigrán) y, cómo no, Colón cuyo kugar de nacimiento se lo disputan desde Génova hasta Pontevedra.
Hace ya más de una décad
a y media, la tesis del Cervantes gallego comenzó a contar con documentos que respaldan dicha teoría. César Brandariz, investigador cervantino, ha publicado ya tres libros en los que sostiene no solo la procedencia gallega de la familia de Cervantes, sino que añade que su forma de expresarse y las referencias a costumbres y fiestas muy localizadas en puntos de Galicia respaldan esa teoría.
Según Brandariz, Cervantes nació dos años después de la fecha que figura en su partida de nacimiento. ¿Utilizó la misma inscripción en el registro que un pariente suyo? Es muy probable y de hecho fue una práctica que incluso se mantuvo en el siglo XX en algunas familias. Su origen gallego por el apellido Saavedra y su posible nacimiento en Sanabria son dos de los argumentos de Brandariz.
Pero además, el investigador esgrime otros textos que le permiten afirmar que el autor de El Quijote estudió en los Jesuitas de Monterrei, lo que le permitió conocer algunas fiestas ancestrales del entroido del triángulo mágico de las que hace referencia en algún escrito. También los giros gramaticales, a la hora de redactar. Monterrei era en aquel momento uno de los grandes centros educativos de España.
Pero Cervantes se mantendría vinculado a Galicia a través de su mecenas, Pedro Fernández de Castro, Andrade y Portugal, VII conde de Lemos, el protector de los sabios de su tiempo, como reza en la leyenda al pie de su retrato en la Biblioteca Nacional. Y no es para menos, pues sostuvo el ingenio de Lope de Vega, Góngora, Quevedo y Cervantes.
"Los trabajos de Persiles y Sigismunda", la última novela de Cervantes está dedicada al Conde de Lemos en términos que ponen de manifiesto su enorme gratitud al noble gallego. "...que ya estará Persiles para besarle las manos, y yo los pies, como criado que soy de Vuestra Excelencia." escribe Cervantes en octubre de 1615.
Brandariz sigue investigando para revelar la prueba definitiva sobre la naturaleza gallega de Cervantes. Aunque ésa ya la dio el propio escritor a lo largo de su vida: al igual que Colón, nunca dijo de dónde era..
