El crecimiento de Gabriela Casero se ha visto a través de singles, colaboraciones y directos; ahora, la comparan con Lana del Rey o Björk
Hace un par de años, sin hacer ruido, casi de puntillas, Gabriela Casero, con tan solo 20 años y desde su barrio madrileño, se coló en el circuito de radios universitarias americanas. Durante un tiempo, uno de sus singles se convirtió en viral en USA en Spotify, algo que sin duda le valió para presentar al mundo su pequeño proyecto. MOW era una realidad y parecía haber explotado incluso antes de nacer.
Pero lo que en otros casos se habría convertido en una pisada a fondo en el acelerador para ponerse a velocidad de crucero por la autopista, en el caso de MOW el pie se fue al otro pedal: el del freno. No sé si meditado o como acto reflejo, pero sin duda la mejor decisión. Gabriela utilizó lo que tenía para ir dándole forma a lo que hoy es su primer elepé. Editado por Subterfuge, casa que la acogió cuando solo había maquetas, “Woman” llegó a finales del pasado 2018. Tenemos delante un disco meditado, trabajado y cuidado, que previsiblemente aumentará su valor con el tiempo. Durante estos años Mow ha ido enseñándonos cómo iba creciendo a través de singles, colaboraciones y directos.
Mención especial merece aquella minigira con unos Solo Astra frescos y excelsos, todo con una calma difícil de encontrar en un perfil de su generación, donde la inmediatez es la reina madre de todas las cosas.Hay quien ha comparado el estilo de Gabriela con el de Lana del Rey o Björk, cosas que ella misma ha tildado de locuras. Y no, no es falsa modestia, es la reflexión de alguien que sabe que todo esto acaba de empezar.
Mow es un lujo, una propuesta cuidada e intimista que mezcla lo mejor de las influencias del dreampop al más puro estilo inglés: todas sus canciones pasan por la lengua británica, la electrónica y un punto naïf en su voz, casi de terciopelo.
Atrás quedan los bombardeos de menciones sobre aquella irrupción, cuando estuvo nominada a Mejor Canción en La Jolla International Fashion Film Festival, con una canción que compuso para un “fashion film “de Gucci. Pero el presente es el inicio de verdad. Mow ha trabajado este segundo paso con la sabiduría de que un camino largo se asienta en la firmeza, sin titubear y sabiendo hacia dónde uno debe dirigirse. Una decisión que nunca hay que tomar en caliente. Mow ha esperado, nosotros hemos esperado por ella y no estábamos equivocados: su disco es una auténtica maravilla.
