Los dos obradores que se han especializado en este tipo de turrones son Fina Rei, en Allariz y Chocomiño, en Salvaterra, empresa heredera de la antigua fábrica de chocolates Anthón, con su marca Antoxo, que era de Allariz, y El Maragato, de Vigo.
Hace ya unas cuantas semanas, cada vez llegan antes, están los expositores de los supermercados llenos de productos de navidad. Los turrones, los chocolates, mazapanes, polvorones... La mayoría de ellos tienen una vida efímera en las tiendas, porque una vez que pasa la temporada, desaparecen. Es el caso de los turrones, Aunque está claro que los clásicos, el blando y el duro, o el Xixona y el Alicante, no tienen rival, cuando proceden de su territorio de origen, amparado además por una DO, el resto, porque cada vez hay de más sabores, siempre resultan mejores si son artesanos. Muchas dulcerías gallegas los elaboran, y en Ourense hay un par de ellas que destacan. En materia de turrones de chocolate, los gallegos ganan por abrumadora diferencia si tenemos en cuenta sabor y calidad. Los dos obradores que se han especializado en este tipo de turrones son Fina Rei, en Allariz y Chocomiño, en Salvaterra, empresa heredera de la antigua fábrica de chocolates Anthón, con su marca Antoxo, que era de Allariz, y El Maragato, de Vigo. En su obrador, además, se elaboran la mayoría de los chocolates gallegos que han cerrado su fábrica, como La Carballinesa, y han recuperado para Parada de Sil, la fórmula y las tabletas de su histórica fábrica hoy convertida en museo.
