Nico Casal: Emociones musicales

Durante la adolescencia se debatió entre la música y la arquitectura, pero al final fue el piano el que ganó la partida. Compositor y pianista, Nico Casal (Santiago, 1985) entró por casualidad en el mundo de las bandas sonoras y le atrapó. Tanto que en muy poco tiempo logró una gran reputación como compositor para cine gracias al Oscar que ganó en 2016 un cortometraje que llevaba su banda sonora: “Stutterer” . Actualmente compagina esa actividad de música por encargo para películas y publicidad con la composición de obras en las que despliega su capacidad de improvisación y de creación a partir de su propia inspiración o, como él mismo nos lo cuenta, “a partir de mi propia banda sonora”. 1. ¿qué le llevó por el mundo de la música? Empecé en la música porque a mis padres se les ocurrió meterme en el conservatorio. Teníamos un teclado en casa y por lo que cuentan, con seis, siete años, me pasaba mucho tiempo tocando. Y cuando cumplí 8 decidieron meterme en el conservatorio de Santiago para probar suerte. Así que la primera causa hay que buscarla en mis padres. La verdad es que me lo pasaba muy bien. Sin embargo, mi idea profesional era dedicarme a la arquitectura. Hice el bachillerato tecnológico y la selectividad pensando en ello. Pero cuando estaba a punto de matricularme en arquitectura me di cuenta que eso supondría que tendría que dejar el piano en algún momento, por no poder compaginar ambas cosas. Y ahí fue cuando me di verdaderamente cuenta de que mi pasión era la música. 2. ¿Y qué pasó con la arquitectura? Pues es una pasión para mí. Soy un friki de la arquitectura y le dedico mucho tiempo. Una vez tomada aquella decisión, me pasé un año preparando el acceso al conservatorio superior de música y me fui a Vigo, para completar mi formación con los estudios superiores de piano. 3. Imagino que no resulta fácil estudiar música, piano en paralelo a los estudios académicos: secundaria, bachillerato… Son los años más difíciles. Porque, por una parte, estás en la adolescencia, estás en bachillerato, que te reclama mucha dedicación a los estudios, y a la vez coincide con el período en el que tienes que dedicarle más tiempo al piano, por ejemplo. Al final te das cuenta que no hay horas. Para divertirte, estudiar, dedicarte a la música. Y eso hace que mucha gente termine abandonando los estudios musicales, salvo que tenga muy clara que esa es su verdadera vocación. Porque dedicarle tres o cuatro horas diarias al piano y a la vez preparar las asignaturas, termina siendo una pesadilla. “Alone” es mi propia banda sonora 4. ¿Cómo fue la etapa de vigo? Fui a estudiar los cuatro años del nivel superior de piano, pero me quedé siete, porque también empecé a trabajar, dado clase en la escuela municipal de música, como intérprete de piano clásico, metido en un montón de proyectos, haciendo incluso música para cortometrajes. Así estuve desde 2004 a 2011. Luego quise dar el salto a la música para cine, a las bandas sonoras y me fui a hacer un master a Londres. No solo por esa necesidad de formación, también por vivir en otra cultura, tener otra experiencia. Tenía ganas de verme allí, de verme solo. Y allí estuve otros seis años. 5. ¿Por qué las bandas sonoras? La verdad es que la cosa comenzó por casualidad. Cuando vivía todavía en Santiago, teníamos un grupo musical, formado por amigos, que comenzamos haciendo un folk casi de muiñeira y acabamos dedicados al rock más duro. Uno de mis compañeros de grupo y amigo, Jairo Iglesias, quería hacer un corto y me pidió que le hiciese la banda sonora. Mi primera respuesta fue un no, no me atrevía. Yo era un intérprete de piano clásico. Pero fue tan persuasivo, tan insistente, que acabé aceptando. Y aquello me atrapó. Me atrapó el trabajo y el sistema de trabajo porque al final todos los que participamos éramos amigos. Tanto es así que le hice la banda sonora a su segundo corto, con el que ganó un premio Mestre Mateo. Aquella experiencia me marcó. De hecho, seguí haciendo bandas sonoras ya cuando estaba en Vigo y por eso mi interés por irme a Londres. 6. Y ahí llegó el cortometraje que llevó un Oscar ¿Cómo fue? Fue muy parecido al primer corto que había hecho con Jairo. Porque aquí también éramos un grupo de amigos, que vivíamos en el mismo barrio. Son esas típicas experiencias que resultan difíciles de creer. Lo hicimos sin muchos recursos y un poco para aprender y practicar y muy pocas expectativas. Cuando fuimos a Hollywood, porque el corto estaba nominado, alquilamos una casa dos semanas antes los cinco. Y teníamos muy claro que “Stutterer” no iba a ganar, a pesar de que estaba teniendo muy buenas críticas. Estábamos allí para pasarlo bien y nada más. Y así pensábamos hasta que en la ceremonia dijeron nuestro nombre. 7. ¿cambió su vida? Radicalmente. De entrada, al menos tras el Oscar ya me contestaban a los correos. Llevaba años en Londres intentando ganarme la vida como compositor de bandas sonoras y la verdad es que resultaba muy duro entrar en la industria. El Óscar me abrió muchas puertas y además, deje de ser yo solo buscándome la vida y contraté un manager. Fue, digamos, el gran paso en la profesionalización. 8. ¿Cómo es la mecánica de crear una banda sonora? Cada proyecto es diferente. En unos, partes del guion. Y a mí me gusta mucho porque empiezas a trabajar imaginándote cómo va a ser. A veces luego tienes que hacer cambios porque las cosas han ido por otro camino. En otras ocasiones tienes la película ya prácticamente montada. Cada proyecto es un mundo. Parte de mi trabajo consiste precisamente en eso, en adaptarme a las maneras en las que enfoca cada director su proceso. Te puedes imaginar que te mueves por ámbitos totalmente diferentes: proyectos que se resuelven en un par de días, de una banda sonora publicitaria, otros en un año, cuando es una película, bandas que requieren una presencia orquestal, otras que son más electrónicas… La clave está en ser lo más versátil posible. 9. El año pasado salió “Alone”, su primer disco. ¿Qué Cambió? Digamos que durante 15 años estuve componiendo música para otros. Bandas sonoras para películas, para publicidad. Y en “Alone” me atreví a sacar un disco solo con mi música y me lo tomé como otra banda sonora. Como mi propia banda sonora. Nació a partir de una improvisación de todo un día en la que analizaba cómo estaba yo, pensando en escenas en las que yo era el protagonista. 10. ¿Y ahora? Sigo trabajando con bandas sonoras. Ahora estoy con una película argentina que en España se va a titular “Errante corazón”, protagonizada por Leonardo Sbaraglia, un actor al que admiro muchisimo y dirigida por Leonardo Brzezicki, que espero terminar en estos días para cogerme unas vacaciones para volver a Galicia. Y estoy trabajando en mi segundo disco.