LITERALMENTE

El nudo que unió a Alejandro Magno con Fernando de Aragón

El escudo de los Reyes Católicos incluía un lema “Tanto monta”, durante el franquismo fue malinterpretado como una declaración de igualdad entre los dos soberanos.

El lema del aragonés, “Tanto monta”, se podría traducir en el castellano actual como “tanto importa” o “da igual el medio” que se emplee para solucionar un asunto. Es decir, que el rey Fernando, como prototipo del nuevo hombre del Renacimiento, no se iba a parar en cuestiones secundarias a la hora de tomar una decisión y ejecutarla. Lo dijo y lo hizo durante toda su vida, y casi siempre acertando. Es conocido que fue el modelo para Maquiavelo y es cierto que fue una figura central en la Europa que surgió del final de la Edad Media.

El origen de la expresión se encuentra en una de las leyendas/historias sobre Alejandro Magno. Cuando llegó a Asia con su expedición de castigo sobre Persia se encontró con que en la ciudad de Gordio, en la actual Turquía, había un mito que relacionaba la conquista con la resolución de un enigma. Había en Gordio un carro unido a un yugo por un nudo muy complejo y se decía que sólo el auténtico conquistador de Asia podría deshacer el nudo. Alejandro, a quien no le asustaban los retos, fue hasta allí y tomó una drástica resolución. Como la leyenda sólo exigía separar el yugo del carro, optó por lo más sencillo: desenvainó su espada y de un corte acabó con el problema. Preguntado por su decisión, se limitó a decir que ya estaba resuelto al acabar con el nudo y que daba lo mismo –“tanto monta”- desatarlo que cortarlo.

Esta es la historia que se recogió por los cronistas que iban con el griego rey de Macedonia, pero parece que el gesto del soberano fue bastante menos regio y que se limitó a darle una patada al carro al constatar que el nudo y el yugo estaban podridos y no iban a aguantar mucho más… 

De una u otra forma, quedó Alejandro como el que deshizo del nudo gordiano mediante una fórmula sencilla, constatando que estaba dispuesto a tomar cualquier camino para lograr su propósito, que no era otro más que hacerse con el trono de Persia, lo que logró de forma increíblemente rápida… confirmando que el imperio Persa, como el nudo gordiano, también estaba podrido. De paso se hizo coronar faraón de Egipto. Ante había sido  investido por sus compatriotas como Hegemon Panhelénico, líder indiscutible de todas las ciudades griegas. Logrados todos sus objetivos, continuó adelante hacia el Este porque quizá no tenía ningún otro plan más allá de seguir y seguir, alcanzando la India, donde sus soldados se plantaron y tuvo que regresar, falleciendo poco después en Babilonia. Iba a cumplir 33 años y creía que era el hijo de Dios…

Todo ello ocurrió en el siglo IV antes de Cristo, pero el modelo de Alejandro perduró al igual que su leyenda de semi-dios. A finales del siglo, Fernando el Católico tomó el mismo camino y una ambición semejante de seguir adelante para convertirse en el monarca universal, señor de Europa y de las Indias. Su lema lo integró en el escudo, que fue también el de España durante el franquismo por un malentendido que perduró y todavía hoy se mantiene…

Te puede interesar