GASTRONOMÍA

Los otros pulpos que llegan al mercado

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En el mercado siempre han convivido dos especies, el de toda la vida, Octopus vulgaris, y el cabezudo, más pequeño

A medida que empiezan a escasear nuestras especies, llegan a las pescaderías y tiendas de congelados otras foráneas. En el caso del pulpo, desde siempre han convivido dos que son familiares de nuestras aguas, el de toda la vida, Octopus vulgaris, ese que tan bien preparan las pulpeiras de Arcos, y el cabezudo. Este último, más pequeño, que hace honor a su nombre por tener una cabeza en proporción mucho más grande y que posee además una sola fila de ventosas en cada tentáculo. Ya no tiene nada que ver con el vulgaris, que en materia de sabor y textura no tiene nada de vulgar sino que es el sobresaliente de los pulpos. Pero bueno, en caldeirada, o cociditos con unos cachelos y un buen aceite de oliva y pimentón, puede salvar la papeleta y además es mucho más barato, menos de la mitad, que el de verdad.

Pero de un tiempo a esta parte también llegan hasta nosotros, por lo general congelados aunque se venden descongelados, pulpos de otras especies, como el que se comercializa bajo el nombre de “pulpo burlón”, de tamaño muy parecido al nuestro , o más grande y color más apagado. Es un pulpo que llega desde el Pacífico y su sabor, si hemos de ser sinceros, dista mucho del pulpo atlántico, el del banco canario sahariano, el de Isla Cristina o el gallego.

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