reportaje

Ourencanto, encantados por la voz

Cada año son más los coros que quieren asistir
photo_camera Cada año son más los coros que quieren asistir

El festival llega a su tercera edición este fin de semana y ha convertido a Ourense en referencia para la comunidad docente española en la promoción de los coros escolares

Cantar mejora la salud, la inteligencia, estudiar resulta más fácil, al igual que hacer amigos y promover el espíritu colaborativo entre niños y jóvenes. Con estas premisas, que defiende a ultranza, Cristina Rodríguez Boado, profesora de piano en el conservatorio profesional de música de Ourense y su marido, Carlos Núñez Deza pusieron en marcha en 2016 el proyecto Ourencanto, para promover la cultura de los coros infantiles y juveniles en Ourense, a partir de un festival en el que saldría al escenario un macro coro. “Hay coros de adultos, pero apenas hay grupos corales infantiles y juveniles. En la escuela, se canta poco y en familia, menos. Las nuevas tecnologías están desplazando una tradición que nacía en la infancia más temprana, con las nanas. Y en general, la canción estaba muy presente en la vida cotidiana. Se cantaba en la vendimia, durante las celebraciones familiares…”, explica Cristina Rodríguez. Ella es la directora técnica del festival. “Cantar es muy bueno para la salud, porque cuando lo haces habitualmente, mejoras tu respiración, tu estado de ánimo es mucho más positivo y ello va a implicar una mejor defensa frente a las enfermedades”. Cristina lo puso en práctica en sí misma. Comenzó cantando en un coro en Seixalbo y su afición, sumada a la asistencia a cursos tanto en España como en el extranjero la empujaron a poner en marcha esta iniciativa. “Quería crear un macro coro en Ourense que sirviera para potenciar la actividad coral en la ciudad y en la provincia, sobre todo en el ámbito escolar, que es donde noto que hay más carencias”.

La primera edición de Ourencanto se materializó en 2017. “Contamos con el apoyo de la Diputación de Ourense y de la concellería de educación y con la participación de muchas empresas que aportaron, unas dinero, otras apoyo en especie: desde los bocadillos para los chavales o las botellas de agua. Para nosotros tan importantes son los apoyos de una manera como de otra”, añade Cristina Rodríguez. “En esta tercera edición contamos, también con el respaldo de la Xunta de Galicia. La verdad es que encontramos una gran receptividad y respuesta muy positiva en todas las puertas a las que llamamos”.

Tan importante como el apoyo institucional y privado es la respuesta de los participantes y, desde la primera edición, ésta sorprendió a los organizadores. “En 2017 superamos con mucho las expectativas que teníamos y conseguimos organizar un macro coro que actuó en el Auditorio Municipal de Ourense de 350 personas”, recuerda la directora técnica del festival. “Al año siguiente ya alcanzamos el límite, que es de quinientas voces. Para este año volveremos a tener quinientos participantes en el escenario del auditorio”.

Con Cristina al frente de la dirección técnica y del piano, están en la organización, su marido, Carlos Núñez Deza, profesor de flauta en el conservatorio, que se ocupa de la producción del festival. “Queremos que niñas y niños se sientan, cuando actúan en el festival, de la misma manera que lo hacen los cantantes profesionales. Nuestra producción es muy cuidada en ese sentido. Desde la calidad del sonido, la escenografía, la iluminación, los músicos, los backstages, la puesta en escena… Todo en la organización está cuidado al detalle”, comenta Carlos Núñez.


El director artístico


El tercer miembro de este equipo es el director artístico: Josu Elberdin, compositor, organista y director de coros vasco que se implicó en el proyecto Ourencanto desde que Cristina Rodríguez le propuso ponerse al frente del coro la primera vez. “No hay más que verlo trabajar en el escenario para ver la capacidad que tiene para liderar y motivar a los miembros del coro. Es de lo mejor que existe en Europa en dirección de coros y con nosotros se ha implicado desde el primer momento, no solo como director del coro, también diseñando el programa, componiendo canciones que se estrenan en Ourense en cada edición y realizando arreglos musicales de canciones gallegas para adaptarlas a la actuación coral”, explica Cristina.

Para llegar a la actuación estelar de cada festival, que será en esta tercera edición el domingo a las siete de la tarde en el Auditorio Municipal de Ourense, se realizan sesiones previas, tanto en el propio auditorio como en el conservatorio profesional de música de Ourense. Los trabajos comienzan, en muchos casos en los propios colegios donde aprenden las canciones del repertorio para facilitar al máximo los ensayos finales en esas sesiones previas. 

La idea original de Ourencanto era promover la cultura coral en la provincia, pero en su desarrollo en las primeras ediciones ya ha trascendido más allá del territorio ourensano. “Tenemos solicitudes de coros de otros lugares de Galicia e incluso de fuera, para participar”, aclara Cristina Rodríguez. Son los coros invitados. Salir al escenario motiva a los participantes y a los profesores. Desde que comenzó el festival, ha aumentado la cultura coral en la provincia y se han creado nuevos coros, escolares y de instituciones.

“Está claro que si los niños y jóvenes no cantan no es porque no quieran, sino porque no se les brinda la oportunidad de hacerlo. De hecho, hemos detectado que aquellos que participan una vez en el festival, siguen haciéndolo en las ediciones siguientes y se alguno ha fallado es porque está preparando la selectividad”, comenta Carlos Núñez.

Aunque la mayoría de los participantes lo son en calidad de integrantes de coros ya existentes, algunos muy recientemente, también hay chicas y chicos que se apuntan por iniciativa propia o por la de sus padres. “Este año tenemos unos sesenta participantes que lo hacen a título individual”, indica la fundadora y directora técnica del festival. “Para ellos les brindamos unas sesiones en las semanas previas para el ensayo de las canciones, para no se encuentren en desventaja frente a los que tienen ya experiencia en un coro. Muchos de ellos, vienen por petición de sus padres, pero una vez que prueban, luego son ellos quienes quieren quedarse, porque se sienten muy a gusto. Cantar es una experiencia muy positiva porque fomenta el trabajo en equipo y ayuda a hacer nuevos amigos. Otros, lo hacen por deseo propio, porque quieren probar y no tienen ocasión de hacerlo fuera de aquí, bien porque no hay coro en su colegio, o no encuentran ninguna institución ni pública ni privada en la que cantar. Y esta es una manera de empezar, además de que sirve para cumplir nuestros objetivos, que son, promover la música coral en la provincia de Ourense y conseguir que en cada colegio llegue a haber un coro”.

Cristina Rodríguez  Boado decidió predicar con el ejemplo y ha conseguido poner en marcha los coros Cantiga y Cantiga Xuvenil, que dirige desde hace un año. En el juvenil ya cuenta con una veintena larga de integrantes y en el infantil, cada vez se apuntan más niños, alentados por sus padres.

El programa está adaptado para tres modalidades de canto: coro escolares, voces blancas y voces mixtas. Las voces blancas están formadas por niñas y niños a los que todavía no les ha cambiado la voz. En el caso de las voces mixtas, ya son jóvenes en los que sí ha cambiado. Cada grupo ensaya por separado, salvo en el ensayo general que precede al concierto y que se realiza en la misma tarde del domingo antes de la gala.


Programa con sorpresa


El desarrollo del concierto está articulado como un cuento musical, creado por el propio Josu Elberdin en el que van sucediéndose las canciones, algunas de ellas de estreno absoluto para la modalidad de coros escolares. A los coros les acompaña una orquesta integrada por profesores y alumnos del conservatorio profesional de música de Ourense, con Cristina Rodríguez al piano y Josu Elberdin a la dirección. Le siguen cuatro canciones para voces blancas y luego las canciones del coro juvenil de voces mixtas.

Un programa con una sorpresa que, naturalmente, los organizadores no quieren desvelar, pero que anuncian será muy llamativa. 

Ourencanto se ha convertido en un festival de referencia en toda la comunidad educativa española por la capacidad que tiene para motivar a los más jóvenes para iniciarse en la música ejecutada por el instrumento primigenio, la voz. “No inventamos nada nuevo”, confiesa Cristina Rodríguez, “porque ya Platón descubrió lo importante que era para la formación de los niños como personas la educación musical, el canto y el ejercicio físico”.

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