Precursor del pop rock ourensano, Miguel Domínguez, con su grupo La Banda, fue uno de los artistas que más shows realizó este año 2022, incluyendo Los Conciertos de La Región, iniciativa de este periódico con la que recorrió la provincia día tras otro. Claro que esto nada tiene que ver con sus inicios en la música en los años 60. “Tocábamos los 365 días del año”, espeta, orgulloso, quien fuera líder de agrupaciones como Los Dráculas, Los Posters o Nueva Democracia. Allá lejos y hace tiempo comenzó la carrera de este músico que hoy, con 73 años, promete seguir dando batalla.
Este 2022 tuviste un importante resurgir arriba de los escenarios, ¿fue uno de los años en que más tocaste?
En realidad, en mis comienzos, ya en Madrid, tocábamos los 365 días del año; porque era otra la modalidad, se tocaba mucho en clubes, en discotecas. Hubo dos años, el 68 y el 69, que tocamos todos los días. Estaba la cadena Consulado que tendría 16 clubes en Madrid y alrededores y luego estaba la de Mónaco que tenía 14, entonces al entrar en una cadena ya tocabas una semana en cada club.
Tus shows actuales se basan en clásicos del rock y el pop; entonces, ¿la gente quiere escuchar clásicos?
La gente lo que quiere es escuchar canciones que sepa sus letras. Hasta les puedes poner el micro que las cantan enteras. Entonces, disfruta muchísimo con ese repertorio.
Por un lado, hay un público que quiere escuchar covers de clásicos, con tu banda o con otros artistas como los también ourensanos Gin Toni’s o visitas que tuvimos como The Sugar Stones. Y también hay un auge del reguetón, facilista y casi chabacano. ¿Cuál es tu lectura de esta dualidad?
Yo lo veo como una mezcla de identidades. Tanto en Ourense como en el resto de España hay mucha gente que viene de América e introducen sus ritmos en España. Lo siento mucho, pero para mí no es música, desde el momento en que a un cantante le ponen un auto-tune y el tío está bostezando y resulta que está haciendo una canción, encima con letras machistas en su 80 por ciento. Esto lo veo para el que quiere perrear o mover el culo y es su forma de pasar una fiesta. Pero para mí no es música.
Auto-tune y perreo mediante, ¿hay una degradación de la música?
Esto se gestó en América Central y se globalizó. Antes tenías que prepararte para cantar o tocar un instrumento y ahora no. Hay una degradación en el sentido de que los ritmos originales como el reggae no son fáciles de tocar mientras que el reguetón lo toca cualquiera. Pones una máquina y fuera.
