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Pepiña, en Allariz: cocina casera y ambiente muy acogedor

Interior del Casa Pepiña.
photo_camera Interior del Casa Pepiña.
El trabajo en la cocina es impecable en todos los sentidos, con productos que destacan por su calidad.

Hace unos meses disfruté del ambiente cálido y una cocina muy tradicional en O Pepiño, en Allariz. ¿Cuál es la diferencia con Casa Pepiña? Pues eso es lo que quería saber y allí fui. Da gusto llegar un día de frío y encontrarte un comedor caldeado por el fuego de una estufa, con ese carácter de casa de comidas mitad bar, mitad tienda que había en el rural y también en algunas ciudades (yo recuerdo una en Vigo en la década de 1960) Te transporta a sabores antiguos, caseros. La carta no es muy extensa, pero la complementan con platos de temporada. Pero es lo suficientemente variada para tener una experiencia satisfactoria independientemente de si quieres carne o pescado. Por ejemplo, yo tomé un bacalao gratinado con muselina de ajo sobre una cama de patatas que estaba muy bien elaborado. El trabajo en la cocina es impecable en todos los sentidos, con productos que destacan por su calidad. Las carnes están a la altura de la villa en la que se encuentra y dispone de una carta de vinos en la que predominan las marcas de las denominaciones de origen gallegas. 

Un punto y aparte merecen los postres. Todos de elaboración casera. Precisamente por eso, decidí no tomar entrada, dado que las raciones son generosas, quería llegar a la sobremesa y probar su leche frita. No es un dulce complicado, pero tiene su toque que, por lo general, se pierde cuando se toma en un restaurante. He decir que fue la más rica que he tomado en lo que va de siglo: en su punto de textura, bien frita, nada grasa y espléndidamente aromatizada con su canela. Se la recomiendo al lector. Si a esto le añadimos un servicio muy amable y diligente y una limpieza esmerada, tenemos delante un gran restaurante tradicional.

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