El año pasado Pazo Tizón Finca Liñariños obtuvo medalla de platino y 97 puntos en los premios Decanter 2019. Este año, la máxima puntuación recayó en dos albariños de Rías Baixas, ambos de la subzona del Salnés, pero muy diferentes en su elaboración. El primero fue Pazo Señoráns, Selección de Añada 2011, criado en depósito de acero sobre sus lías finas al menos durante 30 meses. La bodega de Marisol Bueno lleva en activo desde 1989 y fue una de las pioneras en dar un paso más allá de los jóvenes, frescos y afrutados vinos del Salnés, presentando vinos de crianzas y elaboraciones especiales como éste que demuestra la gran capacidad de crianza y guarda de los monovarietales de Albariño.
El segundo, fue Paco y Lola, el vino primigenio de la Cooperativa Vitivinícola Arousana que acabó dando nombre al viñedo y la bodega. Es el contrapunto al anterior, pues se trata de un vino, elaborado con una lenta fermentación a temperatura controlada de 16 grados y una moderada crianza sobre lías durante 3 meses en depósitos de acero, gracias a lo cual mantiene esa frescura de los vinos jóvenes con una intensidad y ligera untuosidad en boca que le aportan las lías. Ambos lograron 97 puntos, una valoración que tan solo alcanzaron 20 vinos españoles, 13 de los cuales son blancos y Paco y Lola fue el único joven en esta categoría.
