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“En los prados sembrados de ojos”

Pensamiento y sentimiento han vertebrado la poesía de Antonio Colinas (La Bañeza, León, 1953), salpicada por su amor por la naturaleza, el misticismo, Oriente, el Mediterráneo, lo sagrado o la mujer como símbolo creador. Ahora la suma de todo está encerrada en su libro “En los prados sembrados de ojos”. Un poemario de madurez, que es todo un tratado sobre el ser humano, una reflexión humanista sobre el conocimiento trascendente del sentido de infinitud.

“En los prados sembrados de ojos” (Siruela) aparece en un momento de incertidumbre social, en medio de una crisis generada por la pandemia. Tiempos en los que la gente necesita agarrarse o anclarse a algo, en opinión de Colinas, Premio Nacional de Literatura o Reina Sofía de Poesía, entre otros muchos galardones.

“La poesía tiene mucha razón de ser y cuando no nos sirven el resto de los mensajes y la situación, como la de ahora, todavía es bastante alucinante, aparece la poesía: la visión trascendida de la realidad, pero a la vez realísima”, explica. “En los prados sembrados de ojos” se divide en seis partes, que “podían haber sido el germen de seis libros, pues se trata en ellos mundos muy distintos”, argumenta el autor.

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