Qué es la etiolación en los cactus y cómo evitarla

Muchas personas eligen los cactus para decorar su hogar debido a sus bajos cuidados, pero también es necesario conocer los problemas a los que se puede enfrentar, como la etiolación

La jardinería de interiores es un hobby cada vez más común en la mayoría de hogares. En muchas ocasiones, las especies utilizadas son cactus, pues son fáciles de cuidar y aguantan sin dedicarle mucho esfuerzo, pudiendo mantenerse con vida a pesar de que nos ausentemos en períodos notablemente largos, como en las vacaciones de verano. Que tengan pocos cuidados no quiere decir que no los tengan y, que en ocasiones, sufran problemas de salud. Este es el caso de la etiolación, un problema que es relativamente común en los cactus y que mucha gente desconoce.

Los cactus son especies que acostumbran a vivir en climas secos y de altas temperaturas. Con esto en mente, es natural llegar a la conclusión de que un cactus necesitará poca agua y mucha luz. Los cuerpos de los cactus retienen mucha agua, haciendo que estos no necesiten un riego tan habitual como otras muchas especies, por ello es tan importante medir las dosis de agua, pues a poco que nos pasemos, la planta se ahogará y morirá. En cuanto a la luz necesaria es algo más fácil de sobrellevar, pues el propio cactus nos indicará cuando se encuentre a gusto o cuando tenga una falta de luz, y de esto trata la etiolación.

La palabra etiolación se adjuntó a la lengua castellana proveniente del inglés ‘etiolation’ que se traduciría como descoloración, pero su origen es el francés, ‘étiolé’, que se traduciría como algo simila a “adquirir el color de la paja”. Esta condición, que no es específica de los cactus, pero son estas las especies más propicias a sufrirla, es la que resulta cuando una planta no esté recibiendo la luz necesaria. Cuando una planta sufre etiolación se puede ver en que sus tallos crecen sobremanera, pero con una tonalidad más apagada. Esto se debe a la ausencia de luz solar. Al notar la falta de la energía necesaria para obtener su alimento mediante la fotosíntesis, las plantas tratan de buscar desesperadamente la forma de obtenerla, por ello, desarrollan sus apéndices superando sus capacidades buscando la luz, para poder nutrirse.

Que este fenómeno se acuñe especialmente a los cactus se debe principalmente a la cantidad de luz que necesitan los cactus. Además, son una planta muy habitual en la decoración de interiores, y habitualmente los hogares no tienen una cantidad excesiva de luz capaz de satisfacer sus necesidades. Afortunadamente, este problema tiene una solución muy sencilla que sanará el mal causado por la ausencia de la luz.

Que un cactus crezca sano y fuerte siempre es una sensación agradable para sus cuidadores, pero el crecimiento por etiolación es fácil de identificar como un crecimiento atrófico, los tallos crecen con una tonalidad más suave debido a la ausencia de clorofila y más delgados. Este mecanismo es la última opción de las plantas para sobrevivir, aportando a este proceso las pocas energías restantes.

Para evitar que esto ocurra, lo primero de todo será asegurarnos que en su ubicación recibe una buena dosis de luz, tanto en intensidad como en tiempo, no sirve que le dé luz directa una hora y el resto del día esté a la sombra. Si está ubicado en un lugar soleado, pero aun así comienza a etiolar, podemos rotar el cactus sobre su eje, permitiendo así que cada día el sol incida sobre un lado del cactus. En ocasiones esto resulta muy útil, pues el problema no es una ausencia de luz, sino una baja homogeneidad de la misma, por lo que los cactus buscarán complementar la ausencia creciendo.

Durante el invierno los cactus entran en un período de hibernación que debe ser respetado, en caso contrario también etiolarán. Para evitarlo, es necesario evitar aplicar fertilizantes hasta la llegada de la primavera, pues en caso contrario, tratarán de asimilarlo y, ante la ausencia de luz, buscarán una fuente mayor.

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