Hay Ribeiro más allá de la Treixadura

Finca Adega Sameiras_resultado
“Libro”, que recibe ese nombre en homenaje a los monjes de San Clodio y que está elaborado con un ensamblaje de Albariño, Lado y Loureira

2.666 botellas. Con ellas, Antonio Cajide ha comenzado a librar una batalla en defensa del Ribeiro como región vinícola por encima de variedades y vinos monovarietales. Para ello echó mano del libro de los vinos del Monasterio de San Clodio y en el inventario que se hacía de los mollos de vino que entraban, los que había en la bodega, los que salían. “Nunca se habla de variedades, solo de vino y es curioso porque demuestra, por la proporción de uno sobre el otro, que el Ribeiro era mayoritariamente tinto, como muchos hemos defendido históricamente”.

Libro de Antonio Cajide_resultadoPero la lucha en la que está actualmente no es ya en la defensa del tinto, que la ha acreditado con sus vinos y los premios que con ellos ha obtenido. Es la diversidad varietal del Ribeiro frente al vino monovarietal de Treixadura. “Se cae en un gran error cuando se priman los monovarietales. El mismo en el que cayó Rías Baixas con el Albariño”, defiende con criterio claro Antonio Cajide. 

Pero como las palabras se las lleva el viento, ha plasmado sus argumentos en este vino blanco, “Libro”, que recibe ese nombre en homenaje a los monjes de San Clodio y que está elaborado con un ensamblaje de Albariño, Lado y Loureira. Tres variedades de una histórica tradición en el Ribeiro, pero que normalmente ocupan un segundo plano, redondeando la paleta aromática y gustativa de la Treixadura y aportándole acidez y frescura. “La Treixadura es una gran variedad, pero se queda corta en acidez cuando está muy madura, cosa que no sucede con las tres con las que elaboro Libro”, nos explica el colleiteiro de Santo André de Ribadavia.

La experiencia arranca con la cosecha de 2018, pero ya tiene en los depósitos de su pequeña bodega la cosecha de 2019 con la que va a volver a repetir la experiencia, y que se convierte así, en una de esas rarezas que se pueden encontrar en el Ribeiro y que aportan un valor adicional a una región vinícola que no so lo puede presumir de su historia dilatada, sino también de la experimentación con la que pequeños colleiteiros y algunas bodegas buscan en cada añada elevar el nivel de excelencia. Y este vino es un ejemplo bien claro.


Colleiteiro


Antonio Cajide Gulín - Sameirás

Seis hectáreas, repartidas en seis parcelas con un rendimiento por hectárea bajísimo, y una media de unas 40 a 50.000 botellas anuales, que este año volverá a recuperar tras dos cosechas muy cortas en 2017 y 2018, en las que casi se queda en la mitad. Sus vinos son de una gran calidad, elaborados sin artificios, buscando siempre el menor impacto ambiental, tanto en la bodega como el el cuidado de la viña. Libro es la marca de este  revolucionario blanco, sino también de un tinto del que hablaremos otro día.

Te puede interesar