Roger Waters: no al narcisismo

Ya está disponible en formato físico “Us + Them”, la película con la que Roger Waters se reafirma como el ferviente defensor de los derechos humanos que es desde que inició su carrera musical con Pink Floyd y en la que también hace gala de un rock que vela por un interés social común en lugar de mirarse el ombligo. “La música actual es vano narcisismo”, sentencia. “Tengo la impresión de que el impulso principal de muchos de los que se hacen llamar artistas es el narcisismo; es más, un narcisismo orientado en forma clara al consumo –alega-. Casi toda la música actual es vano narcisismo. Me impresiona que no haya más gente protestando por lo que está pasando y me sorprende que la mayoría de la gente y de los músicos estén sumidos en un sistema que solo invita a consumir. Lo que sea pero consumir, sin actitud crítica alguna”. Con dirección del propio Waters junto con Sean Evans –y Dave Kilminster en guitarra; Bo Koster en teclado; Jon Carin en teclado y guitarra; Jess Wolfe y Holly Laessig en voz; Ian Ritchie en saxo; Gus Seyffert en guitarra y bajo; Jonathan Wilson en guitarra y voz; y Joey Waronker en batería-, la película concierto fue grabada durante la gira que realizó el artista durante 2017 y 2018 ante dos millones y medio de personas alrededor del mundo y da cuenta de la fuerza y la vigencia que tiene una música que empezó a crear a mitad de los años 60 con Pink Floyd con trabajos como “The Dark Side of the Moon”, “Wish You Were Here”, “Animals” o “The Wall”. Ya antes de formar Pink Floyd, Waters se mostró como un defensor único de los derechos humanos y la paz: con quince años presidió por Cambridge la Campaña por el Desarme Nuclear. Este temprano interés pacifista lo canalizó después en la música. Por ello no es casual que sea uno de los músicos más veteranos (tiene 77 años) a cuyos conciertos acude gente más joven. Y esto es algo de lo que el compositor, cantante y bajista hace gala. “No solo veo envejecer a mi público sino renovarse”, alegó en la presentación de “Us + Them”, además de hacer hincapié en que los jóvenes son su apuesta para que algo cambie, sobre todo en lo que respecta al resurgir de los neofascismos populistas. Pero para ello reconoce que hacen falta más acciones concretas que banalidad: “Las ideas son buenas; no los iPhones”.