GASTRONÓMIA

Rui Costa un maestro fangueiro del chocolate

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photo_camera Bombones de Esposende.

Un precoz maestro pastelero, que se puso manos a la obra a los 16 años en la confitería de su padre, se ha convertido en uno de los grandes del chocolate mundial. Campeón de Portugal, representó en dos ocasiones a su país en el campeonato del mundo, situándose siempre entre los mejores.

Antonio Rui Costa  tiene 41 años y lleva desde los 16 impregnado de los aromas y sabores con los que trabaja en el obrador de la confitería familiar. Se llama Marbela y está en Esposende. Rui Costa no es un pastelero cualquiera. Es uno de los más grandes maestros chocolateros del mundo. Sus bombones así lo testifican. El surtido que prepara es amplio y armoniza las formas, las texturas, los colores, el aroma y la combinación de ingredientes para sorprender e incluso emocionar, con cada uno de ellos.

Pero esta maestría no la alcanzó solo con el trabajo cotidiano. En los veinticinco años que lleva de profesión ha completado las enseñanzas que recibió de su padre con cursos en España, Francia o Bélgica, tres grandes referencias internacionales en el mundo del chocolate. Con ese bagaje se presentó con una guitarra de chocolate que homenajeaba a Amalia Rodrígues a su primer concurso internacional. Lo haría después con una pieza de chocolate que reproducía una escultura de Dalí y con ella ganaría la medalla de plata en el concurso mundial de Chicago con 28 años. A partir de ahí su carrera fue en vertiginoso ascenso, al igual que el reconocimiento de sus creaciones.

Almendra y naranja, pistacho, nuez, maracuyá, cereza, pimienta, caramelo y cointreau, castaña... armoniza ingredientes con cbocolates elaborados con diferentes tipos de cacao con el virtuosismo de un alquimista de sabores. En la actualidad su catálogo ya incluye más de una treintena de especialidades que se pueden degustar en su propia pastelería o adquirir al peso: 75 euros el kilo, que da, más o menos, para un centenar de bombones.

Las especialidades en chocolate ya arrancan de la generación anterior, Antonio Costa, su padre, que puso en marcha este negocio en 1987. El árbol de Navidad, elaborado con chocolates blanco y negro y frutos secos, tartas, huevos de Pascua... 

Los dulces fangueiros

Fao, la freguesía de la que es originario el joven maestro pastelero Rui Costa, es famosa por dos de los dulces más emblemáticos de la región norte de Portugal: las clarinhas y os folhadinhos. Las primeras son unos dulces elaborados con masa crujiente que se espolvorea generosamente de azúcar glas por su cubierta mientras en el interior están rellenas de cabello de ángel. Los folhadinhos son pasteles de hojaldre, de ahí su nombre, cubiertos por un leve baño de azúcar caramelizado o almibarado y rellenos de "ovos moles", que es una crema dulce elaborada a base de yema de huevo. 

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