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¿Son de Bruselas las coles que llevan su nombre?

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photo_camera Las coles no son habituales en los huertos gallegos.

Marzo es el mes en el que los aficionados a la huerta preparan la plantación de las coles de bruselas. Primero en los semilleros y antes de finalizar la primavera al huerto. I

No todas las verduras que comemos acompañana al hombre desde el alba de los tiempos. Las coles de Bruselas son un ejemplo de ello. Las primeras referencias que se tienen de ellas son del siglo XIX. Y aunque hay discusión, sobre el lugar de su nacimiento, si Italia, Francia o Bélgica, quien se llevó la fama finalmente fue este último país, de ahí que se llamen coles de Bruselas y no de París o de Roma.

Hay alrededor de una docena de variedades de estas coles, la mayoría de ellas con nombres muy literarios y musicales, como Parsifal, Lancelot o Peer Gynt. La principal característica que las distingue del resto de las coles es su tamaño. Son diminutos repollos que brotan como yemas del tallo de la planta, que se pueden ir recogiendo a medida que adquieren el color y la consistencia adecuada.

La gastronomía gallega no es muy pródiga en recetas con esta verdura como protagonista. De hecho, se encuentra en esa lista de vegetales relegados fundamentalmente a participar como guarnición, sobre todo en platos que tienen la carne como protagonista.

Las coles no se deben de comer crudas. No sentarían bien. Lo apropiado es un hervido rápido, pues por su tamaño no requieren de más de diez minutos si no queremos que pierdan sus propiedades, especialmente vitaminas y minerales, que de lo contrario se quedarían en el agua. Por esa razón se recomienda hacerlas al vapor o darles un escaldado moderado y luego rehogarlas en la sartén con el resto de los vegetales con los que puede compartir ese papel de acompañamiento.

No es habitual verlas en las huertas gallegas, más por falta de interés que por imposibilidad.  Es una planta rústica que pide suelos compactos, con una acidez moderada o neutra, lo que significa que en nuestras tierras de ph bastante ácido habrá que realizar aportaciones de cal magnésica.

La planta resulta muy prolífica, como se puede ver en la fotografía. Tras la plantación en semillero para que germine se transplanta al huerto a finales de la primavera y se podrá disponer de coles de Bruselas en abundancia a partir del final del verano. Como es una planta muy rústica se puede prolongar la plantación, siempre que tenga buen riego, de manera que tengamos coles incluso bien avanzado el otoño y primeros días de invierno. 

Para conservarla, lo mejor es darle un escaldado rápido, llevarla a agua muy fría, escurrirla y, finalmente, congelarla. Mantendrá mejor sus cualidades y textura.

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