REPORTAJE

Sousas, la primera fuente de agua mineral

Se cumplen 160 años de su declaración de utilidad pública y sigue siendo la decana de las aguas minero medicinales embotelladas en Galicia

Al lado de la muralla del castillo de Chaves se erige una estatua ecuestre de Francisco da Silveira Pinto da Fonseca Teixeira (1763-1821). Para nuestros vecinos de Tras-ós-Montes, el general Silveira es un héroe que luchó en todas las guerras napoleónicas, resistió con una tropa menguada y maltrecha las sucesivas arremetidas del ejército francés sobre el río Támega, defendiendo el puente de Amarante e incluso participó en la defensa de Puebla de Sanabria. Sus hazañas le valieron el título de Conde de Amarante y numerosas condecoraciones, ente ellas la Medalla de las Siete Campañas.

Para los vecinos de Verín, el general Silveira debería de ser, igualmente, un héroe, pues fue él quien levantó la primera instalación balnearia en la villa. Lo hizo en 1815, en agradecimiento por la cura de una afección de las vías urinarias que lo venía martirizando más que los generales napoleónicos, probablemente cálculos renales que le provocaban una y otra vez cólicos de riñón. Silveira, que ya había sido nombrado primer conde de Amarante por el príncipe regente, había oído hablar de un manantial situado a un cuarto de legua (unos quince minutos a pie) de la villa de Verín, que obraba milagros en ese tipo de dolencias. Estaba a monte, sin ningún tipo de instalación, pero acuciado por el dolor, entre campaña y campaña, en 1810 se desplazó hasta Verín y una estancia lo suficientemente prolongada le curó definitivamente su dolencia. Como buen caballero portugués, mostró su agradecimiento construyendo a sus expensas un pequeño pabellón de bebida, con fuente de piedra, techo de teja y enrejado de hierro, saneando el entorno y facilitando su uso para posteriores dolientes.

Pronto comenzó a cobrar fama y a ganar usuario, hasta el punto de que el ayuntamiento de la villa levanta una instalación mejor en 1854, situando el manantial en una posición de uso más cómoda con dos caños por los que emergen las aguas minerales.

Cinco años después, llega su declaración de utilidad pública, hace ya 160 años. Este manantial entonces se conoce como la fuente de Verín o de Sousas. Lo primero por su emplazamiento geográfico y lo segundo por sus características químicas, que analiza Antonio Casares y cuyo trabajo sirve para la catalogación y declaración de utilidad pública que se aprueba el 30 de abril de 1859. Son aguas bicarbonatadas sódicas que emergen a una temperatura constante, todo el año, de 19 grados. Y según la descripción del doctor Casares, resultan muy útiles para el tratamiento y disolución de cálculos y piedras del riñón producidas por ácido úrico y ácido fosfórico.  El mal de la piedra está muy extendido entonces y poco a poco van ganando fama no solo en la provincia de Ourense, sino también en Portugal, el resto de Galicia y las vecinas de Zamora y León.

El balneario de Sousas cuenta a partir del año siguiente, 1860 de un médico que se ocupa de la prescripción de los tratamientos. El primero será Ramón Delgado, al que le seguirán, entre otros, Mariano Carrero de Ulloa, Manuel Fernández Salgado, Juan Fuentes Oterino, Mariano Diéguez Amoeiro, Felipe Isla y Gómez y Joaquín María Alexandre y Aparici.

Para una villa como Verín y una comarca tan densamente poblada como era la de Monterrei en la segunda mitad del siglo XIX, que existiese un balneario con médico era un auténtico regalo, porque daba acceso a la medicina a los más menesterosos sin cargo alguno, característica obligatoria de todos los establecimientos con aguas declaradas de utilidad pública que debían atender sin coste a los “pobres de solemnidad”.

A Sousas acuden pacientes de toda Galicia a tomar las aguas

Sousas compartía titularidad con el balneario de Caldeliñas, entonces todavía de precarias instalaciones, pero muy utilizado para el tratamiento en baños, mientras que Sousas se especializaba en la dispensación de tratamientos en régimen de bebida. Durante casi medio siglo será la instalación termal por excelencia y uno y otro seguirán en activo hasta la década de 1960 en que comienza el cierre sistemático de todos los establecimientos termales de Galicia salvo honrosas y muy contadas excepciones.

Conscientes de que las mejoras del entorno facilitarán la afluencia de pacientes, desde el ayuntamiento y otras instancias institucionales se realizan obras en el entorno de Sousas que en 1860 todavía estaba en las afueras de la villa. Hermenegildo Guitán, que había sido presidente del la diputación provincial y es gobernador civil de Ourense, ordena la construcción de un amplio y cómodo paseo que conduzca desde el núcleo urbano hasta el pabellón de Sousas en 1867.

Cada médico que pasa por los balnearios de Sousas y Caldeliñas como director, ya sea titular o interino deja redactada una memoria al final de cada temporada. Mariano Carrero de Ulloa, que está al frente de la institución termal varias temporadas, define el valle de Monterrey en 1869 como uno de los más fértiles y bellos de la provincia de Ourense. Con una población total que pasa de los 32.000 habitantes, repartidos en 153 pueblos y 55 parroquias, pondera la riqueza agrícola de esa tierra que aporta “frutas de extraordinaria calidad sin grandes esfuerzos” y especialmente sus vinos a los que compara con los del Ribeiro.

Verín es una villa con estación de telégrafo y cuarteles de la Guardia Civil y Carabineros, con una gran importancia estratégica por su condición de frontera. Es, entonces, la principal frontera con Portugal y la comunicación con la capital de la provincia, que entonces apenas duplica en habitantes a Verín, se realiza a través de la carretera de Vigo a Villacastín, la misma que en la actualidad, señalando que la distancia entre ambas poblaciones es de trece leguas. La legua es una unidad de medida un tanto imprecisa, como todas en aquel momento, ya que es diferente en cada punto geográfico. Como término medio se considera la legua la distancia que es capaz de recorrer un hombre a buen paso en una hora, alrededor de unos 6 kilómetros. Es decir entre los 75 y los 80 kilómetros. 


Las aguas


Un total de ocho manantiales proporcionan el caudal suficiente para el agua mineral que actualmente envasa y distribuye por toda España Sousas. El agua sin gas representa la inmensa mayoría, entre el 95 y el 97 por ciento. También dominan las aguas de baja mineralización. Pero cuando Casares describe esta agua y se usan como tratamiento para resolver cálculos de riñón y otras dolencias, las aguas de Sousas tienen un alto contenido en bicarbonato sódico y en alguno de sus manantiales aflora con gas carbónico natural. Sus efectos para la salud son pronto reconocidos, gracias a las memorias publicadas por sus médicos y la afluencia de pacientes crece de temporada en temporada. En la década de 1860 las cifras son irregulares. El propio Mariano Carrero Ulloa lo atribuye a las epidemias que asolan España. Cólera, tifus y otras enfermedades infecciosas están a la orden del día en  España. Pero a Verín llegan enfermos procedentes de toda Galicia, de Portugal, incluso de Madrid, como detalla con nombres, apellidos, localidad de origen y edad cada una de esas memorias médicas que constituyen un singular documento en el que no solo describe los tratamientos, los casos curados, aquellos en los que el paciente se marchó con su salud mejorada y a los que no les hizo efecto. 

En 1892 Sousas se encuentra en su momento más expansivo. De nuevo se mejoran las instalaciones, se crea un paseo cubierto para los agüistas, se mejoran el pabellón de bebida y las instalaciones generales y se crea la planta de embotellado. Verín cuenta además con un número cada vez más creciente de casas de huéspedes, hoteles y casas de comidas que se nutren de los pacientes que acuden a sus tratamientos en una temporada que comienza el 15 de junio y concluye el 15 de septiembre. El hotel Salgado, el Dos naciones son algunos de esos establecimientos que luego irán creciendo en número a medida que lo hacen también los manantiales.  Sus aguas son prescritas para enfermos del riñón y otras afecciones en toda Galicia y su venta se extiende de forma masiva, lo que conlleva a una mayor difusión empleando anuncios en la prensa y en medios de locomoción como los tranvías de Vigo. Sousas supuso el arranque del termalismo en Verín. Luego llegarán Fontenova, Cabreiroá yAguas de Villaza. Pero esa ya es otra historia.

Te puede interesar