Son uno de los grupos del momento con temas como “Something for your M.I.N.D.”, que devuelve a 2007 y a lo logrado por MGMT
Qué es lo mejor que te puede pasar si montas una banda? ¿Que Frank Ocean añada tu primera grabación de Soundcloud en su playlist favorita? ¿Que NME le diga a sus seguidores “esta será tu banda favorita de 2018”? ¿Dar tu primer concierto en Londres... y que sea soldout con 700 personas que no sabían absolutamente nada sobre ti? ¿Convertirte en el hype absoluto del momento con tu primer vídeo de Youtube?
Todo esto le ha pasado a Superoganism en los últimos seis meses. A día de hoy, ya fichados por el prestigioso sello Domino, es muy poca la información que uno puede encontrar sobre ellos. Son ocho, aunque en su biografía cuentan que “siempre están multiplicándose”, viven todos juntos en una “comuna musical” en Londres donde dan rienda suelta a sus talento y mezclan sus gustos, que van desde la electrónica, el funk, el indie de los 90 y la música nipona.
Su frontman, Onoro, es una japonesa menor de edad que desborda carisma con sus gafas 3D sobre el escenario. Sus (pocos) conciertos en directo son una fiesta de color, bailes anárquicos, ritmos adictivos, originales visuales y un aura de despreocupación que atrapa desde el principio.
Cuando se escucha a Superorganism es imposible no volver a notar el cosquilleo que, por ejemplo, uno percibió la primera vez que un dj pinchó “Time to Pretend” de los magníficos MGMT, o cuando un amigo te enseñó a unos tal Tame Impala. ¿Referencias? Además de los mencionados MGMT, en canciones como “Something for your M.I.N.D.” o “Everybody Wants to be Famous” se entrecruzan nombres como The Avalanches o Gorillaz
Con letras que van más allá de lo obvio, reflexionando sobre el mundo moderno y la modernidad, tienen ante sí el reto de superar el hype que están protagonizando este año y trascender, al menos, a su segundo disco.
De momento, con estos hippies está todo por ver, todo por conocer y escuchar. Pero la cosa pinta bien. En España se estrenaron en el pasado Primavera Club y ahora vuelven en el siempre interesante y arriesgado Soundisidro de Madrid. El que sea de fardar en la barra con eso de “Yo los vi cuando empezaban”, este es el momento. Puede que no dejen de crecer.
