Cuando sufrimos una lesión, necesitamos la asistencia de diferentes profesionales para volver a nuestro estado inicial
Cualquier construcción es fruto de la colaboración de varios profesionales: arquitecto, ingeniero, albañil, fontanero, electricista... Cada uno con sus funciones delimitadas, pero en perfecta armonía para el buen fin de la obra. De lo contrario, las goteras pronto evidenciarán las carencias del trabajo
De igual manera se plantea el presente y el futuro de la Salud y del Ejercicio Físico en nuestro país, donde el equipo formado por el médico, rehabilitador, nutricionista y entrenador deben trabajar en íntima relación, siempre en beneficio del cliente. “Todos para uno y uno para todos”, debe ser el lema a seguir.
A cada uno, lo suyo
Cuando sufrimos una lesión o un proceso que requiere una intervención quirúrgica, es el médico especialista el encargado de solucionar el daño. Después toma el mando el rehabilitador, para recuperar la situación original del paciente. Una vez conseguido, tanto el entrenador como el nutricionista son los indicados para mejorar la condición física y la salud del cliente. Todo ésto, descrito a grandes rasgos.
Eso no quiere decir que estos profesionales vivan en compartimentos estancos. Todo lo contrario. El médico, por su ascendencia y autoridad sobre el paciente debe recomendar la práctica de ejercicio físico como una buena medicina. El entrenador debe aconsejar a su cliente un rehabilitador cuando lo entiende preciso. El rehabilitador, a un nutricionista para la mejora de hábitos. En otros casos, como los transtornos alimenticios, incluso se añade un elemento clave al equipo, el psicólogo o psiquiatra.
En resumen, el ciudadano común no tiene que buscarse la vida en la selva de la Salud. El profesional de turno -si es profesional- debe marcar sus pasos de forma ordenada, honrada y sensata.
Colaboración entre profesionales
Es impropio, incluso peligroso, que el preparador físico se vista de doctor o el nutricionista se ponga el chándal. Pero es fantástico que todos colaboren y se enriquezcan de los conocimientos del compañero. El mayor beneficiado será, siempre, el cliente.
Acompáñese de los mejores y notará los resultados de un trabajo con sólidos pilares. Sin goteras.