Lo último en tecnología o cómo vender lo que aún no se vende

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photo_camera Mobiles.

Terminales como el iPhone tiene semanas de espera para muchos usuarios

El lanzamiento del nuevo iWatch pone una vez más de manifiesto cómo, llegado un momento en el que una marca o producto tecnológico alcanza el estatus de alto valor o prestigio, alcanza precios y demandas fuera de la tendencia natural del mercado.
No son pocos los ejemplos en los últimos meses de cómo teléfonos móviles, videojuegos, tabletas o incluso accesorios no llegan siquiera a estar disponibles en tienda al estar agotados antes de su fecha de lanzamiento.

Terminales como el iPhone tiene semanas de espera para muchos usuarios, o complementos de juego como los Amiibo de Nintendo apenas llegan a estar en manos de las tiendas de toda Europa los días de lanzamiento de cada nueva tanda de personajes.

Lo que parece una paradoja comercial y un aparente fracaso de cálculo de producción y distribución es, en realidad, un éxito. Todas las unidades están vendidas y rsservadas con meses de antelación, y una vez en manos de sus propietarios estos productos alcanzan precios estratosféricos en la reventa, principalmente en internet, generando un mercado de demanda y especulación que se retroalimenta a sí mismo.

El caso más reciente de este tipo de demanda es el nuevo Samsung S6, con 20 millones de unidades prevendidas (sale el 27 de abril).

De esta manera Apple, LG, Nintendo, Samsung o Sony han conseguido que el precio no sea un problema: los precios de reventa y la demanda creada por la escasez generan la ansiedad necesaria para justificar la compra al precio oficial y las ventas posteriores, aunque sea semanas o meses después.

Esa ansiedad y falsa necesidad por obtener lo último en tecnología es una de las herramientas más efectivas de las empresas para conseguir un efecto llamada que, en España, ha tenido unas consecuencias directos: el 80% de terminales españoles son smartphones y el 78% de los  internautas son usuarios intensivos de internet. De hecho, España es el país con mayor implantación de smartphones y nueva tecnología de  Europa, impulsando también el consumo de internet. Según datos de la decimoquinta edición del informe "La Sociedad de la Información en España"en 2014 cerca de 26,25 millones de españoles acceden regularmente a internet, 1,45 millones más que en 2013. La gran mayoría, 20,5 millones, se conectan diariamente.
Cuatro de cada cinco teléfonos móviles en España son inteligentes. En sólo dos años, han pasado de representar el 63% al 81% del mercado activo. En 2012 sólo eran el 51%.

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