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Un variado viaje por los TV Shows

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finaliza American Horror Story ofreciendo un repaso de los formatos televisivos

¡¡ALERTA SPOILER!!

American Horror Story iniciaba las promociones de su sexta temporada jugando con el misterio y la desconfianza. Tras su última entrega, protagonizada por Lady Gaga, los espectadores no las tenían todas consigo. Lo que para algunos fue un homenaje a la cultura pop y al vampirismo, con el condimento de disfrutar de la imagen de Matt Boomer, para otros fue una chorrada hipermoderna de principio a fin, que les hizo perder  toda la confianza en lo que Ryan Murphy podría ofrecer en la sexta entrega de la serie.

Ahora nos encontramos en otra dicotomía, ¿Qué es My Nightmare in Roanoke? Una pregunta que no tiene respuesta fácil, un homenaje al formato televisivo, una parodia de la TV actual con los reality shows al estilo Gran Hermano que tanta audiencia levantan o la representación del nuevo género: el meta-reality show. Lo que está claro, es que American Horror Story, guiada por Ryan Murphy, sabe reinventarse.  Además de homenajear a la TV en todos sus géneros, acaba y empieza la trama cuatro veces a lo largo de una temporada, consiguiendo que en vez de una historia, tengamos tres e incluso cuatro tramas diferentes e interconectadas. Es imposible aburrirse, primero fue el reality My Nightmare in Roanoke, después su segunda parte, que llevaba como título Return to Roanoke: Three days in hell, para terminar con un grupo de adolescentes youtubers en busca de millones de likes, armados con Go Pro's de última tecnología y después, recuperando el formato típico, el final de la trágica historia de Roanoke. 

Sin duda, una temporada que goza de una inventiva extraordinaria. Una mezcla de géneros que vemos representados en muchas otras series. A lo largo del visionado pensamos en Gran Hermano primero, con ligero aire a Dead Set (Charlie Broker) pero sin duda lo que está en mente eternamente es El Proyecto de la Bruja de Blair (Eduardo Sanchez y Daniel Myrick, 1999). Pero también recordamos American Crime Story: The People vs O.J. Simpson (Scott Alexander y Larry Karaszewski, 2016) en las escenas del jucio de Lee Harris, serie que fue protagonizada por la propia Sarah Paulson. Mientras seguimos avanzando, conocemos a la Oprah Winfrey de la ficción de Raonoke, saludamos a los becarios que Iker Jiménez pone en peligro en Cuarto Milenio y nos entran las ganas de volver a ver Making a Murderer (Netflix, 2015). Sin duda, un gustoso recorrido que nos pone nostálgicos y enamora al seriéfilo. 

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