el destino

Vía de la Plata, Dozón-Laxe

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La primera etapa pontevedresa del camino mozárabe sigue un suave descenso desde los 750 metros de altura en Castro Dozón hasta poco más de los 500 en nuestro punto de destino, románico, barroco y pazos nos salen al encuentro

Nuestro punto de partida está en la cota de 750 metros en Castro Dozón e irá descendiendo hasta poco más de los 500 en Laxe. Todo el trazado se encuentra repartido entre dos municipios, Dozón y Lalín, que ocupa la mayor parte de la comarca del Deza.

Dejamos Dozón, con su hospitalidad de primer pueblo de la provincia de Pontevedra. Su historia arranca desde los primeros pobladores castreños, lo que explica el nombre de Castro Dozón. Durante la Edad Media, la cristianización se hace patente a través de sus iglesias románicas, como las de Santa María o San Pedro. San Pedro es un hermoso templo, de piedra del país al que los siglos han ido oscureciendo y cubriendo de líquenes. La belleza de su trabajo labrado con sencillez por los canteros ha prevalecido intacto con el paso del tiempo.

El camino ahora nos parecerá un tanto desangelado en este primer tramo, porque no hay sombra que aplaque el sol del verano, ni cobijo para los vientos en otoño e invierno. Cruzaremos el Alto de Santo Domingo, con sus más de 730 metros sobre el nivel del mar y, a partir de aquí, el viaje emprende un suave y reconfortante descenso que nos acompañará hasta el final del día.

En días de sol el peregrino agradece realizar esta parte del camino a las primeras horas del día, cuando el calor todavía no agobia. Y en invierno, también, para poder llegar con buena luz al final de la etapa.

Muy pronto dejaremos el municipio de Dozón para entrar en el de Lalín, el más grande de los de la provincia de Pontevedra. Su capital municipal se encuentra a mitad de camino entre Ourense y Santiago, tal vez esa fuera la razón por la que alcanzó notoriedad como punto de paso, aunque en esta ruta para peregrinos, no cruzaremos la villa principal, sino que la iremos bordeando por distintas parroquias.

Esa condición de punto de tránsito se hace palpable por las distintas vías de comunicación que cruzan su territorio. La carretera nacional 525 fue durante décadas el principal camino de comunicación con la meseta y con la capital de Galicia. Antes incluso, ese mismo trazado servía de itinerario para los arrieros que llevaban, entre otras cosas, sus recuas de mulas con odres de vino del Ribeiro hasta Compostela. Ellos, y sus mulas, también hacían esta ruta, pero no por devoción, sino por obligación comercial.

En 1958 entró en funcionamiento la vía férrea de Santiago a Ourense, continuación de la compleja línea ferroviaria de Ourense a Zamora que nos encontramos nada más comenzar este itinerario por el camino mozárabe. Después fue la autopista Ourense Santiago y ya más recientemente, el trazado del tren de Alta Velocidad, que deja su impronta en el paisaje con largos viaductos de sencilla factura, hechos con hormigón.

El camino no pasa por la villa de Lalín pero sí por su término municipal. Botos es un punto de descanso. Ya hemos traspasado el ecuador de nuestra etapa de hoy y esta pequeña parroquia puede ser un buen lugar para descansar e incluso comer.

Luego entramos en la parroquia de Donsión, con su iglesia barroca hermosamente tallada por canteros de la escuela compostelana. No es el único monumento que encontraremos en este camino. A poco que preguntemos podremos dar con el Pazo de los Taboada en Bergazos. Tampoco es el único. Esta es tierra de pazos, de linajes que hicieron fortuna y alcanzaron nobleza ya en tiempos antiguos, como los Churruchaos, cuya cuna se encuentra cerca de Laxe, un punto importante para el peregrino que puede llegar aquí y poner fin a su jornada porque dispone de Albergue.

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