El vino que llega de los confines de Galicia

No queda de camino hacia ningún lugar y su existencia pasa casi inadvertida para la mayoría de los gallegos que ignoran que, Negueira de Muñiz, el municipio con menos habitantes de nuestra comunidad (217 y bajando) es como una península de Galicia que se adentra en Asturias. No es de extrañar, por ello, que allí hayan adoptado la hechura de los hórreos asturianos. Cuando el río Navia crece de más, especialmente en la cola del embalse de Grandas de Salime, la mayoría de sus parroquias quedan aisladas. Su geografía es de una extraordinaria belleza. Es la de un valle encajonado entre montañas. Y allí se cultiva el vino de los confines de Galicia. Negueira, con sus 72 kilómetros cuadrados y los que aportan algunas parroquias de sus vecinos municipios de A Fonsagrada y Navia de Suarna. Conjuntamente, han conformado la indicación geográfica protegida Terras do Navia, convirtiéndose así en la región vinícola gallega con sello de origen (todavía en trámite) más septentrional. En los vinos blancos, hay una variedad que tiene un gran protagonismo, el Blanco lexítimo, también conocido como Albarín y Raposo, que encontraremos en otras dos indicaciones geográficas protegidas como Barbanza e Iria y en las Tierras de Betanzos, donde elaboran vinos con esta uva como principal protagonista, y también en la Ribeira Sacra. Pero también encontraremos en su catálogo varietal Albariño, Caíño blanco, Godello, Loureira, Treixadura y Torrontés. En tintas, las uvas Albarín tinto, Mencía, Merenzao, Brancellao, Caíño tinto y Loureira tinta. Se trata pues, de un territorio enológico que está a caballo entre las variedades de la Galicia más meridional y las que se emplean en los viñedos asturianos. El lector se preguntará: ¿Pero había vino en Asturias y en las Terras del Navia en su valle gallego? Claro que había y sobre todo en esas zonas montañosas y aisladas, poco propicias a otros cultivos, donde el vino (que la legislación española sigue considerando un alimento) era la principal fuente de calorías en la dieta cotidiana. La Albarín o Blanco Lexítimo fue una de las variedades más extendidas porque aportaba grado alcohólico (es decir, calorías) incluso en zonas poco propicias. La filoxera diezmó casi hasta el borde de la extinción, su territorio. Las técnicas modernas tanto de cultivo como de vinificación, ayudadas en parte por el cambio climático, están propiciando que aquellas zonas donde el vino había perdido terreno lo vuelvan a recuperar. Un grupo de viticultores y bodegueros de la zona han logrado ya dar los primeros pasos: la definición territorial y las características específicas de los vinos de esta futura IGP, que ya ha sido inscrita en la Axencia Galega de Calidad Alimentaroa (AGACAL). Ahora corresponde al Ministerio de Agricultura tramitar su inscripción en el registro de la Unión Europea, el paso necesario para alcanzar la protección de una indicación geográfica en toda regla.