Vinos de Jerez, el hermano mayor del Ribeiro

Hace noventa años, el 8 de septiembre de 1932, eran inscritas las primeras denominaciones de origen de vinos en España. La II República tenía poco menos de año y medio de historia y aquel primer lote estaba encabezada por la que era considerada la denominación más antigua de España, Jerez. Con ella iban Ribeiro, Rioja, Málaga, Montilla Moriles o Utiel-Requena.

Los vinos de Jerez tuvieron que enfrentarse, al igual que los del Ribeiro, al fraude y el uso indebido de su marca, especialmente desde comerciantes británicos que vendían como Sherry vinos procedentes de cualquier lugar que hacían pasar los de esa zona vinícola emplazada en las provincias de Cádiz y Sevilla.

Las uvas características de estos vinos, son la Palomino, Moscatel y Pedro Ximénez. Se trata de vinos fortificados, es decir, a los que se les añade aguardiente, para elevar el grado alcohólico, a los que les sigue una crianza en botas de roble, siguiendo diferentes técnicas que darán como resultado vinos finos, olorosos, amontillados, palo cortado, entre los secos y en los dulces, los elaborados a partir de la pasificación de uvas Moscatel y Pedro Ximénez.

Ribeiro y Jerez compartieron durante décadas una misma uva como mayoritaria, la Palomino, también llamada Jerez, en Galicia. Pero si en la región vinícola andaluza tiene un carácter muy autóctono, aquí entró como variedad foránea para generar cantidad más que calidad, por lo que actualmente se encuentra en un constante retroceso, sobre todo en Ribeiro y Valdeorras que fueron las dos denominaciones en las que más se había expandido. Sus características, en cambio se crecen en un clima y suelo como el del Marco de Jerez, el territorio de esta DO.

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