Vinos de Portugal que gustan en Berlín

Una copa de vino.
photo_camera Una copa de vino.
Estos son los ocho vinos del norte de Portugal que han triunfado en Berlín

La semana pasada hablábamos de cuatro vinos gallegos que habían obtenido medalla de oro en Berlín y en París. Divulgada la lista definitiva, el Berliner Wein Trophy se saldó con cinco medallas de oro para otros tantos vinos gallegos: además de los tres mencionados la semana pasada (Rectoral do Umia, Lembranzas y Pasal de Esile, del grupo Bodegas Gallegas), los albariños Pontellón (Altos de Torona) y Veiga Naúm, de la bodega homónima. En la misma competición ocho vinos portugueses de sus territorios de frontera con Galicia lograron oro: seis amparados por la DO Vinho Verde, uno por la IGP Minho y el octavo, un godello de Tras-ós-Montes que se encuentra a un tiro de piedra de Monterrei, en el término municipal de Chaves. Este último, el primero de los ocho que seleccionamos en nuestra galería de esta semana, es un vino con crianza, Vidago Villa, Grande Reserva de 2020, una producción muy limitada y un precio que multiplica por treinta al más barato de los que lograron la misma puntuación, el Loureiro de la Cooperativa de Ponte de Lima, que es el tercero de esta lista: un vino tranquilo, maduro y un vino verde en el sentido estricto, con ese punto de aguja que resulta tan caracteristico de los vinos verdes como técnica de elaboración. Y es que aunque la denominación resulte homónima a la región vinícola Vinho Verde, cada vez es mayor el número de vinos tranquilos que se elaboran bajo su amparo, muy semejantes en características a los que tenemos a este otro lado de la raya o del Miño.

Los vinos de Portugal que gustan en Berlín
Los vinos de Portugal que gustan en Berlín

La diferencia de cinco gallegos a ocho portugueses del norte no es significativa de que nuestros vecinos tengan más éxito. Tienen más vinos. No hay que olvidar que solo el viñedo amparado por la denominación de origen Vinho Verde es de más de 16.000 hectáreas, lo que representa el doble de toda la superficie amparada en Galicia por las cinco DO y las cinco IGP que tenemos en nuestro territorio. Con una acidez muy similar a sus hermanos de las mismas variedades, especialmente los alvarinhos, en cambio cuentan con un azúcar residual, casi veinte veces mayor (0,5 g/l en un Rectoral do Umia frente a los 8,99 de Tiroliro). 

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