La taekwondista ourensana del Centro Deportivo Couto explicó el nerviosismo que sintió cuando dijeron su nombre en el premio a la Mejor Deportista Base femenina y hablo de las perspectivas deportivas para la presente temporada
El color azul de las camisetas del Centro Deportivo Couto invadía varias filas del Auditorio Municipal. Ainhoa García era finalista en el premio a la Mejor deportista base femenina. Cuando Rosendo Luis Fernández, vicepresidente de la Diputación, la nombró "no me lo creía". Se quedó quieta durante un momento para levantarse y pensar rapidamente un discurso.
"No sabía que los ganadores tenían que decir un discurso así que cuando escuché mi nombre no sabía qué decir. Pero me salieron palabras de agradecimiento a mi familia, a mis compañeros, a mi entrenador y a las finalistas", dice la ourensana. La felicidad que sintió la taekwondista al coger el premio fue la misma con la que sus compañeros la miraban. "Veía a mis compañeros que casi estaban llorando. A alguno se le cayó alguna lágrima. Es un momento bonito".
La deportista se convierte así en un ejemplo para todos los practicantes de su deporte y es un impulso para las artes marciales provinciales. Al hacer balance del 2017 dice que "fue muy bueno, aunque hay que seguir trabajando". Al 2018 le pide que "me gustaría ganar otro premio +Deporte, pero quería participar en los mismos eventos, pero con mejores resultados. Por ejemplo, ser campeona de Europa. Sé que me va a costar pero voy a trabajar y entrenar para ello".
Tiene dos trofeos. El último, el de +Deporte del miércoles, luce al lado de uno de los Open internacionales que disputó. Pero medallas tiene para dar y tomar. "No sé cuantas tengo, son muchas, pero nunca las he contado". Contesta a las preguntas mientras está entrenando. Es la base de su éxito deportivo.
