HOMENAJE

In memoriam: Secundino Basalo

Secundino Basalo
photo_camera Raúl Rois y Secundino Basalo (DEP).

El 16 de septiembre de 2016, saltaba la noticia a la prensa. "Fallece Secundino Basalo, alma máter del Arranxar"

Golpe y adiós a un hombre de barrio con vistas de ciudad. Más de cuarenta años ligado al fútbol de base, un sentimiento que hacía con especial dedicación y sobre todo con una sonrisa y una solidaridad permanente en su rostro. Ese era Secundino Basalo. Un corazón que vivía por y para el fútbol base.

Su alegría era la de todos. Facilitó que los niños del barrio de A Carballeira pudieran disfrutar del fútbol, a pesar del entorno y las condiciones económicas o sociales desfavorables. 

Luchó por cambiar la perspectiva de la mente juvenil e infantil. Dio consejos y enseñó que la vida con el fútbol es más alegre, más divertida y sobre todo luciendo el nombre del Arranxar por la provincia. 

Sus jugadores no serían los mejores, ni los que tenían más calidad, pero su labor iba más allá de mejorar cada día las dotes balompédicas de esos jugadores. Su meta no era el gol, ni ganar campeonatos era evitar "malos caminos" y crear adicción por la pelota. 

La primera vez que lo conocí me acuerdo perfectamente. No recuerdo el año ni la fecha, pero si el partido. Jugábamos con el colegio y habíamos ganado por más de una decena. Las familias nos felicitaron por el resultado, sin embargo el Arranxar hizo su grito de honor en el medio campo y Basalo hizo que los jugadores del Arranxar aplaudieran a sus familias. Mi desconocimiento no entendía porque aplaudían esos padres y madres a sus hijos. Mi madre me dijo: "Ya lo entenderás".  Años después, lo logré entender. Era más que fútbol, era una forma de vivir y esa era la raíz que plantaba Secundino Basalo.

No era raro, ver al Presidente del Arranxar cargando con material deportivo por los alrededores de A Carballeira. Balones, pivotes, petos, camisetas... 

Era una imagen entrañable de una conciencia social inigualable, de un hombre que era club. Por su labor y por su persona, recibió un homenaje en junio del mismo año que murió por la Federación Gallega de Fútbol. 

El periodismo deportivo y el fútbol ourensano lloró aquel 2016 una pérdida irremplazable. Una huella imborrable que luchó incansable hasta el último día sin buscar un retorno a cambio. Solamente, con el único propósito de ofrecer a todos una vía de escape que no fuera la calle. 

Secundino Basalo murió a los setenta años. En 2006, en la quinta Gala +Deporte, recibió el premio +Deporte al Espíritu Deportivo: "La familia estuvo siempre a mi lado, hubo días fastidiados". Y él, sin saberlo, fue familia para muchos.

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