HOCKEY

Jugadas y goles de tres generaciones del CH Albor

Hockey CH Albor
photo_camera María, Paula y Claudia posan con la equipación del Club Hockey Albor en la cancha de entrenamiento de A Carballeira.(XESÚS FARIÑAS)

Paula, Claudia y María (tres integrantes de una familia en orden de descendencia) disputaron en el mismo equipo el último Campeonato Gallego

"Victoria. 14:00". Es el recordatorio que tiene escrito en su mano izquierda Claudia Iglesias. No se quiere olvidar de la cita. Alrededor de una mesa de una terraza interior en un bar de O Couto se sienta la parte de una familia. Paula Díaz, la madre de Claudia Iglesias y María González, prima de ambas. 

Las tres ganaron con el CH Albor el Campeonato Gallego absoluto de hockey sala el pasado diciembre. Paula toma la palabra: "Hubo un momento del partido que miré para atrás y estaban en la cancha mi hija y mi prima. Fue una sensación de orgullo increíble".

Paula fue la delantera de ese equipo Siempre se desempeñó en la faceta más ofensiva del equipo y fue la pichichi del Autonómico. "Esta vieja jugó cinco minutos y marcó tres goles", dice con una sonrisa. Claudia tiene 18 años, pero una seguridad heredada de sus progenitores. Valiente y decidida. Asiente la calidad deportiva de su madre, mientras María se mantiene más tímida y presume, a sus 14 años, de competir con el equipo sénior del CH Albor.

Javier González, el padre de María González, llega a la cita y corrobora ese sentimiento de honor que supuso ver desde la grada la jugada defensiva donde Paula vio a parte de su familia en el mismo equipo: "Fue una sensación de... Ver a las tres en la misma pista te enorgullece". Claudia admite que "a veces se me escapa un 'mamá' en la pista y ella siempre me dice que la llame Paula". María González adquiere protagonismo en la conversación, y Claudia y Paula lo tienen claro: "Es muy buena, tiene mucha calidad y su trabajo como defensa es sensacional". 

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Cuatro personas de una misma familia en el lugar donde se forjó el CH Albor, en O Couto. El mejor emplazamiento para ilustrar un sentimiento por el hockey de un barrio que tiene equipos en todas las categorías posibles. Desde los más pequeños, hasta sénior femenino y masculino. Paula tiene roto el menisco y ha decidido parar de jugar. Su labor se centrará en seguir avivando la llama de la cantera femenina, donde David Martínez tiene un homenaje especial. Claudia es la entrenadora de María y las cadetes. No cobra. Vive el hockey, que corre por su sangre. 

Las tres generaciones levantaron el título gallego jugando solo dos partidos en lo que va de temporada. "Estas niñas tienen que competir y si no tienen liga, nosotros organizaremos torneos o iremos a otros de toda España para que salgan", analiza Paula. 

En el bus o en el campo. En la terraza o en casa. El hockey une a la familia, a pesar de que "lo están matando". Ese es otro capítulo.

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