El acuerdo que anunciará la FEB en los próximos días dejará sin plataforma de streaming a la LEB Oro
Esta semana la actualidad deportiva ourensana se ha visto empañada en cierta medida por la venta de los derechos televisivos de la LEB Oro a una plataforma privada.
De golpe y porrazo, la herramienta más útil que tenía la FEB, se va al traste por cuatro migajas (8.000 euros por equipo) que aportará un proveedor que pretende emitir dos partidos por jornada (a las 19,30 y las 21,30).
Dicho esto, llegan varias preguntas. ¿A la FEB le importa la repercusión de su producto teoricamente denominado estrella? ¿Los aficionados pintan algo en esta situación? ¿Es esta la forma de promocionar 'la mejor LEB Oro' de los últimos años?
La respuesta es NO, pero con mayúsculas, subrayado y en rojo. Una vez más, los aficionados (verdaderos 'culpables' de que siga existiendo el deporte) pasan a un segundo o tercer plano, relegados a seguir los resultados de su equipo, en este caso el COB, por redes sociales u otros métodos más rudimentarios.
Habría un combo peor, que fuese televisado, pero por horario no se pudiese asistir, gracias al formato de 19,30 horas.
Sea como sea, la situación debe encontrar la oposición de los clubes. Si todavía tienen un mínimo de fuerza en la competición deben hablar claro y posicionarse.
El silencio habitual solo les hace cómplices de un error de consecuencias graves y perfectamente palpable en los asientos de las canchas, la pérdida de aficionados en favor de otros deportes que sí saben como satisfacer los deseos y necesidades de los que pagan cada año su abono.
