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Alergia e intolerancia no son lo mismo

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photo_camera Las alergias alimentarias son reacciones tóxicas derivadas del consumo de ciertos alimentos.
Las alergias alimentarias más comunes incluyen alimentos como el cacahuete (clasificado como un alimento alérgeno crítico), los huevos, la soja, la leche, los cereales que contienen gluten, el sésamo, los frutos secos, el pescado y los mariscos

¿Es lo mismo una alergia que una intolerancia alimentaria?
A.J. Mera 
(Ourense)

No, las alergias y las intolerancias alimentarias son alteraciones distintas pero confundidas a menudo por desarrollar síntomas y signos similares. 

En las alergias a los alimentos tiene lugar una respuesta adversa del sistema inmunológico cuando el cuerpo entra en contacto con una proteína de un alimento específico, que generalmente es seguro. Las reacciones se producen de forma repentina y pueden iniciarse con la ingesta o contacto de,  incluso, cantidades muy pequeñas de alimento. 

Cuando el sistema de defensa del cuerpo reconoce a una sustancia contenida en el alimento que se está comiendo, como una sustancia alérgena, produce anticuerpos para protegerse de esa situación que reconoce como una agresión. Se genera a continuación un aumento de la inmunoglobulina E, que provoca, a su vez, la liberación de histamina y de otras sustancias que causan desde erupciones, rojeces, rinitis, hasta inflamación de labios y boca, dificultad respiratoria o shock anafiláctico, una reacción alérgica grave que puede conllevar a la muerte. 

Las alergias alimentarias más comunes incluyen alimentos como el cacahuete (clasificado como un alimento alérgeno crítico), los huevos, la soja, la leche, los cereales que contienen gluten, el sésamo, los frutos secos, el pescado y los mariscos. Las alergias causadas por los alimentos afectan aproximadamente a 1 de cada 20 niños y a 2 de cada 100 adultos. Los niños son propensos a ser más afectados que los adultos, debido a que su sistema de defensa no está completamente desarrollado. 

Por otro lado, la intolerancia alimentaria es una reacción química sin intervención del sistema inmunológico. Si bien ocasiona una reacción adversa que afecta al metabolismo, ésta no es tóxica. Puede incluir desde reacciones a intoxicaciones alimentarias, respuestas a sustancias químicas de los alimentos (histamina, cafeína, capsaicina, teobromina, etanol..), a aditivos alimentarios utilizados en procesos de fabricación (conservantes, colorantes, aromas..) y  a reacciones por deficiencias enzimáticas, que impide la digestión correcta de los alimentos, como por ejemplo, la intolerancia al azúcar de la leche (lactosa).

El nivel de reacción en las intolerancias alimentarias no es grave, pero si muy molesta, depende directamente de la cantidad de alimento ingerida. A más cantidad de alimento, mayor intensidad de los síntomas. Entre los alimentos  relacionados con la intolerancias más frecuentes, se encuentran la leche de vaca, los quesos curados y los productos de panadería, entre otros.   

Es fundamental establecer el diagnóstico y las causas bien de la alergia o de la intolerancia y en base a ello  diseñar el plan de alimentación. Un nutricionista colegiado puede entrenarle para evitar el consumo del alimento sospechoso en su dieta y desarrollar un programa dietético saludable. 

La estrategia preventiva va de la mano de un plan de alimentación seguro, que en base al conocimiento de los alimentos y de sus ingredientes, reemplaza las sustancias promotoras, con otros alimentos inocuos y válidos nutricionalmente.

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