¿Qué es el entrenamiento funcional? buena pregunta

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Según los defensores de este sistema, un entrenamiento es “funcional” si contiene movimientos “en múltiples planos y naturales”, “transferibles a nuestras acciones cotidianas” y “en situaciones de inestabilidad”

En los últimos años, la poderosa maquinaria del Fitness estadounidense puso de moda el llamado ‘Sistema de Entrenamiento Funcional’ (Functional Training).

¿Y qué es el Entrenamiento Funcional? Pues resulta difícil de definir un concepto que cada cual etiqueta e interpreta a su manera, sin atender a su significado o si responde a una evidencia científica. En algunos casos incluso no importa. La cuestión es que “mole” y luzca en nuestro perfil de las redes sociales.

Según los defensores de este sistema, un entrenamiento es “funcional” si contiene movimientos “en múltiples planos y naturales”, “transferibles a nuestras acciones cotidianas” y “en situaciones de inestabilidad”. No sirven los ejercicios tradicionales en gimnasio, denostados por ser “artificiales”.


Contradicción en sí misma


Resumiendo el criterio de muchos expertos en Ejercicio, si entendemos lo “funcional” como “aquello que cumple y respeta las capacidades de nuestro sistema psico-biológico” sería contradictorio diferenciar entre ejercicio “funcional” y “no funcional”, porque toda práctica debería ser funcional y cumplir unos criterios de valoración previa, necesidades y dosis individualizada. Criterios de seguridad que quizá algunos movimientos bautizados como tales por el marketing no cumplan con rigor.

Según esta corriente, los ejercicios deben “imitar nuestra actividad cotidiana, laboral o incluso deportiva”. La realidad en nuestra profesión es que, precisamente, muchos clientes se presentan en el gimnasio con múltiples lesiones y desequilibrios, producto de la repetición de esos movimientos cotidianos y laborales. Muy “naturales” pero nada saludables.


Lo "Artificial" funciona


Desconozco el motivo por el cual se rechazan los ejercicios de fuerza en las máquinas tradicionales de gimnasio. Artificiales o no, la evidencia científica respalda sus beneficios, e incluso su sorprendente “transferencia” a acciones específicas deportivas.

En resumen. Todo entrenamiento debe ser “funcional”, sin que una marca lo dictamine. Una cosa es que nos guste y otra, su utilidad o potencial lesivo. La ciencia debería estar siempre por encima de modas.

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