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Para los más pequeños, mejor leche entera

Niño tomando leche
photo_camera Desplazar en la alimentación de los niños pequeños el consumo de leche entera por leche desnatada no se justifica, salvo indicación sanitaria expresa.

La composición nutricional de la leche entera permite soportar adecuadamente las necesidades de proteínas, grasa, vitaminas y minerales de los más pequeños.

La leche entera es la mejor opción para incluir en la alimentación de los más pequeños. Es un alimento importante en la alimentación infantil por su valioso aporte en nutrientes para el crecimiento. 

La composición nutricional de la leche entera permite soportar adecuadamente las necesidades de proteínas, grasa, vitaminas y minerales de los más pequeños. La toma de 2 tazas o vasos de leche entera al día cubre en buena parte, los requerimientos proteicos y grasos. 

Conocer la importancia de la calidad nutricional de los alimentos que se ofrecen a los niños y empoderar a los padres y a los responsables de su alimentación en este aspecto, evita que informaciones erróneas generen dudas o decidan la sustitución de alimentos de calidad por otras opciones presuntamente “más sanas”. 

En el caso del consumo de leche en niños, la determinación de sustituir la de tipo entero por la baja en grasa puede poner en riesgo de malnutrición a los niños de esta edad. Las leches descremadas o las leches vegetales no enriquecidas, son por lo general, escasas en proteína, grasa y vitaminas, por lo que no resultan nutricionalmente adecuadas para un niño de 2 años,  que come porciones pequeñas de los otros alimentos con proteína de calidad, como carnes, pescados y huevos. En esta fase de progresión alimentaria en la que pueden quedar alimentos de calidad por incorporar a la dieta, conviene mantener el consumo de alimentos nutritivos. 

Por otra parte, la escasa saciedad de las leches sin grasa, puede favorecer a que los niños tomen más cantidad de esta bebida baja en nutrientes, (aparte del agua) y esto a su vez pueda desplazar el hambre y hacer que los niños coman menos de otros alimentos, especialmente alimentos sólidos.

Ahora bien, en casos individuales en los que existiera un riesgo asociado de enfermedad como  hipercolesterolemia, enfermedad cardiovascular u obesidad y fuese necesario limitar la cantidad grasa de la dieta del niño, se podría justificar la opción desnatada en un menú supervisado y  diseñado para suplir los requerimientos nutricionales.

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