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Si puede mover un dedo, ya puede practicar ejercicio

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Se lucha por desterrar es esa supuesta incapacidad para practicar ejercicio que algunos justifican por edad, inexperiencia, lesión, enfermedad crónica o limitada movilidad. 

Entre la interminable lista de excusas para no practicar ejercicio algunos otorgan un papel importante a la edad. “A mis años, adonde voy yo. No quiero hacer el ridículo en un gimnasio repleto de gente joven y de deportistas”, me responden con frecuencia personas, muchas de las cuales distan hoy de ser ancianos. 

Eliminemos dos tópicos. El primero es que hoy los gimnasios -salvo excepciones- no son un gueto exclusivo de culturistas y modelos. Son lugares con tanta variedad de edades como un supermercado.

Es cierto, esta amalgama no era habitual hace unos lustros, pero los probados beneficios del ejercicio físico y los probados perjuicios de la vida sedentaria ampliaron la potencial clientela de nuestro sector.  


Como en un supermercado


El segundo tópico que luchamos por desterrar es esa supuesta incapacidad para practicar ejercicio que algunos justifican por edad, inexperiencia, lesión, enfermedad crónica o limitada movilidad. 

Razonemos. Los indecisos y temerosos pueden estar tranquilos. Porque en el gimnasio se encontrarán con la misma gente, la misma, que se cruza en el supermercado. (¿Quizá más ligeros de ropa? No me atrevería a afirmarlo. Y menos en verano). 

Del mismo modo que en el supermercado cada cliente selecciona su compra, en el gimnasio el cliente -siempre asesorado por el profesional y tras una valoración previa de su estado físico- se propondrá unos objetivos, personales y adecuados a su capacidad. No tienen que gemir de dolor en la sala, romper las máquinas y salir a cuatro patas del recinto. Su objetivo es mejorar su bienestar físico y mental.


No hay problema


¿Es usted muy mayor? No se preocupe, el Entrenador pautará los pasos a seguir. ¿Nunca practicó ejercicio? El Entrenador le enseñará la maquinaria, la posición y la ejecución de los movimientos. ¿Sufre una lesión o enfermedad? El Entrenador estudiará su caso y seleccionará la práctica más conveniente.

¿No puede mover las piernas? Nos moveremos de cintura para arriba. ¿No puede mover un brazo? Moveremos el otro. No existe una razón para descartar el Ejercicio Físico. Pruébelo y no se arrepentirá.

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