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¿Tiene un gimnasio en casa? Sólo le falta el entrenador

Contrate a un Entrenador Personal que pueda desplazarse hasta su domicilio, para valorar sus posibilidades y las del lugar, organizar y motivar sus entrenamientos. De esta forma sí aprovechará su tiempo, material e inversión

El creciente interés y la necesidad de Ejercicio Físico animan a muchos a montar su propio gimnasio en casa, cuando el trabajo, la distancia o los horarios les impiden desplazarse a una centro específico.

Estos remedios caseros permiten, en teoría, rentabilizar nuestro tiempo, mantener una frecuencia de entrenamiento regular, evitar las aglomeraciones de las grandes superficies o, simplemente, practicar ejercicio sin nadie que nos moleste alrededor.

¿Cómo y dónde debe ser ese recinto? Si el dinero y el espacio sobran, consulte a su diseñador favorito. Si no es el caso, siga leyendo este artículo, porque existen detalles importantes que usted debe tener en cuenta para decidir si merece la pena o no.


Lugares espeluznantes


Si la idea es destinar una estancia de la vivienda para ello, tenga en cuenta sus características. Si practicamos ejercicio, debe ser bajo unas condiciones básicas de higiene, ventilación y temperatura. 

Una habitación cerrada, un desván donde se fríen huevos sin sartén, un sótado lóbrego y húmedo, un patio inundable y a la vista de los vecinos, son lugares más propios para la tortura o ritos satánicos, donde nuestra salud o las características del material pueden resentirse. Hay que cumplir unos mínimos, salvo que nos guste entrenar junto a las ratas.

¿Cuál es el material imprescindible? Un aparato de trabajo cardiovascular -elíptica o remo son los más completos- un banco regulable con peso libre -discos, barras y mancuernas- una máquina multiestación y una colchoneta son los ideales, porque nos permiten graduar y mejorar las cargas del trabajo.


Lo que de verdad importa


Con local y material, falta lo más importante. ¿Qué demonios hacemos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Preguntamos a algún colega, influencer o cuñado? Le apuesto mi sueldo a que la elíptica termina de perchero, el banco de escritorio y los discos bajo un mueble cojo.

Salga de la nebulosa. Contrate a un Entrenador Personal que pueda desplazarse hasta su domicilio, para valorar sus posibilidades y las del lugar, organizar y motivar sus entrenamientos. De esta forma sí aprovechará su tiempo, material e inversión y pronto disfrutará de los beneficios del Ejercicio Físico.

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