El primer SUV de Rolls-Royce causó dos años antes de su lanzamiento una gran expectación entre el público. Su llegada al mercado no defraudó, con un vehículo de lujo, un alto rendimiento y capacidad 4x4, que ningún otro constructor ofrece en el mercado mundial del segmento SUV. Construido sobre una subestructura de aluminio de gran rigidez, su diseño exterior transmite fuerza y poder con elementos, como sus luces, tomas de aire, una parrilla realizada en aluminio pulido a mano o su capó característico de la marca. En su zaga, unas ópticas verticales acogen todas sus luces y sus tubos de escape de metal, muestran un diseño funcional y minimalista.
En el interior, la cabina de Cullinan combina el auténtico lujo Rolls-Royce con una funcionalidad simple y simétrica, donde todos sus mandos están a la mano del conductor, disponiendo de instrumentación digital y una pantalla central táctil. Su equipamiento tecnológico es uno de los más avanzados del mundo, pudiendo acoger adicionalmente sistemas como la visión nocturna con aviso de advertencia de animales y peatones día y noche, cuatro cámaras con vista panorámica, además de los sistemas de control de crucero activo, aviso de colisión, de trafico cruzado y de cambio y salida de carril junto a los últimos sistemas de navegación y entretenimiento.
El Cullinan monta un motor V12 de doble turbo de 6,7 litros, que genera 563 CV y un par máximo de 850 Nm, que le facilita una velocidad máxima de 250 Km/h, con un consumo combinado de 15l/100 km y unas emisiones de 341g/km.