Tribuna

¿Qué hacemos con el público en las pruebas de motor?

TOÉN 25/07/2020.- Rallye de Ourense en Toén. José Paz
Las constantes prohibiciones de público no están sirviendo para frenar la presencia de aficionados, por lo que quizá sea necesario un cambio de táctica

¿Habrá publico en el Rally de Portugal del Mundial?¿Estarán admitidos los espectadores en el Rally de A Coruña? Esta es la pregunta recurrente que todos los aficionados se hacen últimamente. La incertidumbre de saber si podrán asistir de "manera legal" a cualquiera de las pruebas que comienzan a disputarse en la península no está haciendo otra cosa que confundir y generar un clima de pesimismo que puede afectar ya no a medio plazo, sino a corto a las carreras.

¿El motivo? Sin aficionados no hay repercusión, sin repercusión no hay retorno y sin retorno no hay patrocinadores. La ecuación es sencilla y el miedo a ser un foco de contagio también lo es. De todas formas, a la vista de las últimas competiciones sin público autorizado, en el que muchos aficionados se desplazaron igualmente, ¿no sería más lógico cambiar el enfoque?

En el corto plazo, la sencillez que ofrecen las pruebas de montaña podría servir como laboratorio de pruebas para otros eventos. Limitar el aforo en una subida (entiendo que no se puede tal y como está la ley) como la de Boticas, puntuable para el Europeo de Montaña y que tampoco tendrá público autorizado mediante la venta de "colaboraciones" (entiendo la complejidad y aumento de costes) podría aliviar en cierta medida la presión sobre un deporte seriamente castigado y que en el Mundial ya ha sufrido un "tijeretazo" importante (otra cosa es que los aficionados lo vean).

Con respecto al Mundial y sin saber si habrá posibilidad de asistir como público a Portugal (aunque con el miedo lógico de un desembarco mastodóntico de gente al norte del país, con permiso o no), quizá el criterio adecuado sea el que se plantea en diversos post, que resultaría buscar diversificar y "despistar" al aficionado. Tal y como se ha hecho en otras pruebas, la eliminación de las Zonas Especiales y un mayor número de accesos (en la línea contraria de lo que se ha hecho en las últimas temporadas a la hora de reducir costes) podría dar un poco de manga ancha al aficionado, que se dispersaría por sí mismo huyendo de partes históricamente colapsadas (que tendrían que contar con un límite de aforo mediante el clásico corte).

La no publicación de mapas ni accesos como se ha hecho el pasado curso también ha funcionado, todo ello sabiendo que aficionados habrá por uno u otro motivo. Evidentemente las restricciones deberían continuar en ceremonias de salida y entregas de premios como hasta ahora e incluso en parques de asistencia (aunque aquí los rallypass y los límites de aforo también funcionarían).

Y aunque la situación pandémica es complicada y lo será durante mucho tiempo, la presencia de público en otros eventos, incluso en lugares cerrados ha confirmado que se puede tener espectadores si se tiene algo de responsabilidad. Sin ir más lejos, en el pasado Rally de Ourense, sin todavía la presión y supresión de autorizaciones de espectadores no se dio ningún caso asociado, lo que confirma esta medida.

Quizá es momento de ser valientes, tal y como fue Escudería Ourense en 2020 y confirmar con acciones que los rallys y demás competiciones de motor son eventos seguros, más por tener infinidad de lugares en los que situarse en la mayor parte de los casos. 

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