El ruido y los vehículos con más producción de decibelios de los admitidos por modificaciones o sencillamente por un mal mantenimiento son el siguiente objetivo de las agencias de tráfico y ayuntamientos, que quieren mejorar este aspecto cuanto antes.
El primero en ponerse en marcha de forma activa ha sido el ayuntamiento de París, que ha situado en una de las zonas más concurridas de la ciudad un nuevo "radar" que capta las emisiones sonoras de los vehículos y en caso de superar los límites permitidos por las ordenanzas municipales le realizará una fotografía y será sancionado acorde al reglamento de circulación galo, cuya modificación se publicará en breve para recoger este tipo de infracciones.
Evidentemente, estos radares no estarán orientados exclusivamente a los vehículos de motor (especialmente motocicletas de alta cilindrada) sino que también velarán por el descanso de los ciudadanos limitando y controlando obras en la vía pública y espacios de restauración y ocio.
En el ayuntamiento de la capital gala, además de este radar se instalarán otros cuatro dispositivos más y se creará un nuevo departamento de policía destinado al control de este tipo de acciones, así como a evitar que los conductores superen el límite de 30 kilómetros por hora marcado en suelo urbano, como ya hizo España.
El efecto del ruido
Según un informe publicado por el centro de evaluación técnica del medio ambiente sonoro ne Ile de France, los daños a los ciudadanos que produce el ruido hacen que los gastos sanitarios se disparen.
Esto es debido a los problemas de insomnio, obesidad, estrés, problemas de concentración o enfermedades cardiovasculares asociadas a un mal descanso, por lo que a partir de 2023 esta medida de control del ruido en las ciudades buscará mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
