Motor

El coche de... María Antonia Rilo

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Toda una vida dedicada a la defensa de la mujer, y a la que le gustan los coches y el conducirlos

María Antonio Rilo, betanceira de origen pero ourensana como las que más, ha dedicado gran parte de vida a la política y, sobre todo, a la defensa de la mujer, siendo la primera edil mujer en el Concello de Ourense.

Hija de ferroviario, el traslado de su padre de Bentanzos a Monforte y posteriormente a Ourense, hizo que María Antonia conociese a su futuro marido, Paco, instalándose en la cuidad y dedicándose a la enseñanza, para más tarde ingresar en la Xunta de Galicia y ya, en 1995, acceder al Concello de Ourense como coordinadora y, posteriormente, como concejala de Sanidad y Mujer, poniendo  en marcha planes tan avanzados para la época como los de Salud y el primer plan de Igualdad, por el cual las víctimas de violencia de género, entre otras ayudas, contaban las 24 horas al día con el asesoramiento de un abogado. Ambos planes tuvieron una amplia repercusión social, recordando y agradeciendo María Antonia el cariño recibido por parte los funcionarios del Concello, así como el de las numerosas asociaciones de la ciudad que tomaron parte. Otro hecho relevante de su gestión fue la feminización del callejero de la ciudad.

¿Cuál fue su primer coche?

Mi primer coche fue un Seat 124, de color blanco, al que cuidé muchisimo. Cuando lo compré, en los primeros días me despertaba de noche y salía al balcón para verlo. En una ocasión en la calle del Paseo, como aparcaba muy mal, después de varios intentos y cada vez más lejos del bordillo, un alma caritativa me lo aparcó. Hoy ya aparco muy bien.

¿Cómo se desplaza actualmente?

La mayor parte de los desplazamientos son desde casa, en Vilar de Astrés, al centro de la ciudad. En algunas ocasiones si puedo utilizo el autobús urbano, pero muchas veces es necesario hacer trasbordos y se pone mal. Creo que una de las necesidades urgentes que tiene la ciudad y los ayuntamientos limítrofes es el transporte urbano y también la creación de estacionamientos disuasorios, lo que facilitaría a la vez la peatonalización de la ciudad. Si no tomo el bus, tengo un Mercedes, ya con unos cuantos años, con el que me desenvuelvo bastante bien en el tráfico de la cuidad. Es un vehículo que me encanta conducir, me transmite seguridad y es muy cómodo, porque además tiene un cambio automático. Cuando lo compramos estuvo muchísimo tiempo parado en el garaje porque me daba miedo cogerlo y me parecía dificilísimo conducirlo, hasta que Paco un día me dio un ultimátum para que lo usara, y empecé a utilizarlo hasta hoy, estando encantada con él. Además de gustarme su diseño, que fue uno de los principales motivos para comprarlo, nunca se me averió o me ha dejado en la carretera.

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