Rally de Ourense 2020 | Mirada atrás para seguir adelante

No está siendo un año 2020 fácil. La mayoría de nosotros, cuando hacíamos los propósitos para cumplir a lo largo de los próximos 365 días pensábamos en seguir con la familia, los amigos y conservar el trabajo. El gimnasio, los viajes y o ser mejor persona formaban parte de una lista paralela, conscientes de la estabilidad que marcaban los tiempos. Pero todo cambió. Una pandemia, miles de fallecidos y pérdidas dolorosas e irremplazables, han hecho que todo el mundo vaya a recordar el final de la década de una forma inevitable. Por eso, el Rally de Ourense fue mucho más que un evento deportivo, al menos para un grupo de aficionados, prensa y equipos que estuvimos a pie de cuneta. "Las cosas se valoran más cuando ya no las tienes", gran verdad. El poder volver a vivir el Rally, aunque fuese con limitaciones, mascarillas o un recorrido más corto ha servido para que los aficionados se den cuenta de lo importante que es este deporte, no solo en cuanto a la competición, también a nivel económico. A nivel personal, ha sido un rally emocionante y agridulce. La ausencia pesó mucho en los días previos, pero el amor, el apoyo y comprensión constante de todos, especialmente de mi pareja, que vivió conmigo todos los meses de sufrimiento en primera persona y a la que no podré agradecer en diez vidas todo lo que hizo, hacen que la herida sangre menos y que el esfuerzo merezca más la pena si cabe. Faltó la llamada habitual del viernes previo al rally, pero en mi corazón sonó el teléfono igualmente. Además, el relevo está garantizado. Resulta emocionante ver como los tramos están llenos de jóvenes aficionados que viven con la misma emoción que los mayores el paso del rally. Lejos quedan ya aquellos días previos al rally con la carpeta llena de fotos de los Puras, Muniente, Oriol Gómez o Vallejo, que ahora tienen su continuidad en vídeos de Youtube y fotos en tablets. Tardes de rally con una lista de inscritos en la mano y un boli para tachar abandonos, el filete empanado en un bocata y disfrutar del rally en familia. Todo eso ha vuelto este año, quizá con más fuerza. Quizá ya no es José Mari Ponce o Gustavo Trelles el que pasa por la carretera, pero ahora son Pepe López y "Cohete" Suárez. El sentimiento es el mismo. Ellos transportaron a pequeños y no tan pequeños a esa sensación a ese lugar en el que todo volvió a estar bien durante unas horas, en el que por un día se vivió la "nueva normalidad". El año que viene más. Ojalá que con abrazos y saludos de los de verdad, se echan de menos.