Desde hace unos pocos años, los neumáticos de invierno (M+S) han empezado a conocerse, así como sus características en España, aumentado sus ventas significativamente.
Los neumáticos de invierno poseen en su flanco la marca M+S (Mud + Snow), según la normativa europea, existiendo otra gama con homologación más exigente y para condiciones más extremas, marcadas con un copo de nieve y las siglas 3PMSF (Three Peak Mountain Snow Flake).
En España se aconseja su uso desde noviembre a marzo, periodo en que normalmente descienden las temperaturas por debajo de los 7ºC, en los que estos neumáticos marcan diferencias con los tradicionales, al contar con un compuesto especial de goma con sílice que evita su endurecimiento con el frío, un diseño de en su banda de rodadura con una mayor profundidad y una mayor cantidad de láminas, entre 6 y 8 veces más que un neumático estándar, responsables de conseguir una óptima adherencia en firmes mojados, helados o nevados.
Los neumáticos de invierno ofrecen una mayor tracción, mejor adherencia para mantener la trayectoria, así como una frenada en menor espacio, en comparación con un neumático tradicional.
El uso de este tipo de neumáticos reduce el riesgo de aquaplaning y, de manera importante, los metros en una frenada, mientras un neumático estándar en mojado a 80 km/h emplea 40 metros para frenar, un neumático de invierno, necesita 34 metros, seis metros menos.