Emilio Vázquez y su equipo se han acostumbrado a nadar contracorriente. A pesar de su ilusión y trabajo por sacar adelante un proyecto único en Galicia como es el del Citroën Zx Kit Car, el vehículo francés se ha empeñado esta temporada en darle más sinsabores que alegrías. Pequeñas averías mecánicas que parecían erradicadas con el triunfo en el Legend del Rally do Cocido, en el que pudo demostrar la competitividad de un coche hecho con mimo y con sus propias manos pieza a pieza.
Con ganas, más de las habituales, el equipo ourensano afrontaba el Rally Ribeira Sacra, la cita de casa junto al Rally de Ourense. El excelente crono inicial en Castro de Beiro en la jornada del viernes tuvo continuidad en el inicio del sábado hasta que un pequeño error terminó con Emilio Vázquez y Héctor Rodríguez fuera de la carretera, penalizado en parte por una posición de salida muy retrasada y unos neumáticos no acordes al pequeño diluvio caído. Fin de la carrera y casi un adiós a la temporada, aunque los daños en el vehículo no eran excesivamente cuantiosos.
De nuevo, turno para desmontar el coche y trabajar a contrarreloj. La salida de carretera, a pesar de no ser a mucha velocidad, causó un pequeño impacto en una punta del chásis, lo que obligó a sacar la mecánica y enderezar. En la trasera, un pequeño impacto cosmético que fue reparado sin excesivo problema. El sábado 26 de octubre, turno para trabajar en los otros puntos dañados. El montaje del motor, la nueva línea de escape (de la que se instalará una nueva evolución), los soportes para el radiador y demás elementos fueron fabricados y montados en tiempo récord, justo a punto para probar en Portugal y tomar rumbo a la siguiente prueba.
Y es que la ilusión mueve montañas porque tras las horas de trabajo en el taller (fuera de las de apertura), el sufrimiento y alguna visita al banco (al del chapista y al del dinero) han hecho que el Citroën Zx Kit Car vuelva a rugir y esté listo para disputar una nueva edición del Rallyspirit, que saltará a la carretera entre los días 8 y 10 de noviembre en la localidades lusas de Vilanova de Gaia y Barcelos.
