La pandemia, las restricciones y los distintos estados de alarma han sacado lo mejor y a veces lo más curioso de las personas. El pasado fin de semana los agentes de la policía interceptaron a un murciano de 40 años que viajaba en autobús a Alicante a ver a su pareja.
Cuando los agentes le solicitaron su identificación y el documento que acreditaba su viaje de una autonomía a otra, el hombre sacó un recorte de periódico de su bolsillo en el que mostraba que los cierres perimetrales podrían saltarse con una necesidad básica. En el caso de este hombre "su necesidad básica" no era otra que la de mantener relaciones sexuales con su pareja, que residía a una distancia considerable de este ya veterano amante.
Y si bien el motivo es curioso e incluso llegó a calificarlo como tan importante como "el comer", el hombre fue sancionado y obligado a volver a su Murcia natal sin poder siquiera intercambiar una palabra con su pareja ya que no le fue permitido poner pie en Alicante.
