Tribuna

El WRC al público: "Si me queréis, irse", pero seguid pagando la fiesta

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Los aficionados se han convertido en un problema para el Campeonato del Mundo de Rallys en Montecarlo y es evidente que se esfuerzan en exteriorizarlo. Así lo demuestra lo vivido en el shakedown, con la prohibición de acceso a los espectadores

Apenas han pasado unas horas desde el inicio del Campeonato del Mundo de Rallys en Montecarlo y con solo una fotografía ya se ve que hay cosas que lejos de mejorar, seguirán empeorando con el paso de los años.

El público se ha convertido en un problema incómodo para los rallys del Mundial, es una evidencia. Lo vivido nuevamente en el shakedown del rally de Montecarlo, con la prohibición de acceso a los espectadores durante los 2,28 kilómetros de especial es el claro ejemplo de un "Si me queréis, irse" de Lola Flores, pero con el componente de "seguid pagando el WRC+, que eso sí nos gusta". Y sí, sé que en Montecarlo esto es algo habitual (en el shakedown) y en el resto de pruebas no hay una prohibición expresa como esta, pero sí de una forma más sutil.

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Evidentemente no se puede hacer una referencia a la seguridad de los años 80 y 90, tampoco es el camino y creo que ningún aficionado quiere ponerse en peligro por ver una carrera. Sin embargo, sí es de lógica y justo pensar que ni es normal que un Peugeot 205 T16 te corte un dedo al pasar como sucedió ni tener que estar a 100 metros de la carretera, con 12 comisarios que no te dejan ni moverte para ir a comprar un bocadillo y que chaleco y silbato en mano se empeñan en amargarte hasta que te vas a tu casa pensando qué narices pintas en medio de la Selva Negra alemana sentado en una piedra viendo más árboles que coches.

En la situación actual llegas a pensar "qué pinto yo aquí sentado en la Selva Negra de Alemania viendo más árboles que coches"

La seguridad es uno de los conceptos clave y hay que ser consciente de que el motor es un deporte de riesgo, pero también lo es que sin aficionados no hay deporte y sí, es lo de siempre. Pensar que los seguidores del WRC o cualquier campeonato por debajo van a recorrer medio mundo para ir un parque de asistencia en el que ni siquiera se pueden acercar a los coches (hay un carril habilitado para la circulación interna, por lo que el aficionado está a 5 o 6 metros de la entrada de la asistencia) es como mínimo de alguien que no entiende este deporte. Ya han sabido adaptarse a los esquemas de tres y cuatro días con domingos sin emoción, a tener que pagar (como es normal) para acceder a los tramos y ahora, cuando todo parece que vuelve a la normalidad tras el covid, a no poder entrar en una especial y tener que quedarse aborregados entre las cintas plásticas. 

"No se puede alejar del deporte a un aficionado que ha sabido adaptarse a todos los cambios en las pruebas desde regionales a internacionales

Si por algo se caracterizaron los rallys a lo largo de su historia es por ser más cercanos que otras modalidades, que al disputarse en trazados cerrados limitaban más la proximidad. Ahora, todo se ha convertido en una especie de micro parque de atracciones en el que el aficionado apenas tiene poder de decisión u interacción y su presencia en los tramos cronometrados se ha convertido en una molestia que ellos mismos se empeñan en confirmar.

El nuevo presidente de la FIA, el señor Ben Sulayem, habla de traer marcas y hacer crecer el deporte, pero resulta complejo cuando se disputan citas en países sin repercusión alguna y en los que la hay, insisten en alejar a los seguidores como puede verse en el Rally de Portugal año tras año, sin ir más lejos.

Hace unos días leí en un post de Facebook una discusión sobre la presencia o no de aficionados en las cunetas y cómo había bajado el número considerablemente. Desconozco el motivo real porque seguro habrá más de uno o de dos, entre ellos el cambio del concepto de entretenimiento y el esfuerzo para obtenerlo, pero lo que sí está muy claro es que cuando algo se convierte en una actividad económica por encima de la deportiva, los que salen perdiendo siempre son los mismos, en este caso los espectadores, que pasarán de ser un aficionado a un simple consumidor esporádico de un streaming o retransmisión televisiva, siempre y cuando pague todo lo que ello conlleva, vamos un "A pagar, a pagar" de la clásica serie de televisión 'La que se avecina'. 

"Es evidente que el número de aficionados sigue bajando"

Y si bien Lola Flores decía "Si me queréis, irse", en este caso el peligro es que los que decidan cerrar la puerta llamada rallys o automovilismo en general no la vuelvan a abrir por cansancio o porque encuentren algo que les llene más. Alternativas, por suerte o por desgracia, las hay de sobra.

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