La compañía invertirá siete millones de euros para ampliar y modernizar sus instalaciones de Verín
La firma propietaria de Aguas de Cabreiroá, Hijos de Rivera, anunció en el día de ayer la millonaria inversión que pretenden llevar a cabo en las instalaciones de Verín. Según se hizo público, la fábrica embotelladora verinense recibirá una inyección de siete millones de euros que serán destinados a la mejora de las líneas de etiquetado y a una nueva llenadora. Cabreiroá mantiene así su política de seguir innovando en planta ourensana, llegando casi a duplicar la inversión realizada en el anterior trienio, de cuatro millones y medio de euros.
De este modo, la entidad gallega de agua mineral ampliará de manera muy notable su capacidad productiva y de almacenamiento. En estos momentos, y según los datos facilitados por la mercantil, su pico de producción anual puede llegar a situarse en los 70 millones de litros de agua. Con la anunciada inversión, su máximo nivel embotellador podría elevarse hasta los 100 millones de litros.
La firma cerró el ejercicio 2016 con un incremento de la producción de un 19 por ciento, alcanzando los 72,5 millones de litros de agua mineral envasada de las diferentes marcas que comercializa: Cabreiroá sin gas, Magma de Cabreiroá con gas carbónico añadido y Magma de Cabreiroá con gas carbónico original. En los tres últimos años, ese incremento en el volumen de litros embotellados se situó por encima del 43 por ciento, marcando todo un hito en el sector del agua mineral.
El director de negocio de aguas de la firma matriz, Hijos de Rivera, Álvaro García de Quevedo, señalaba ayer tras el anuncio que "afrontamos un camino con un proyecto sólido y retador en la categoría de agua mineral, cuyos resultados iniciales nos están alentando a seguir invirtiendo y a acercar la calidad de nuestras aguas, Cabreiroá y Magma de Cabreiroá, a los consumidores y clientes".
Cincuenta empleos
La inversión permitirá seguir manteniendo, o incluso ampliando, la plantilla, que registra una cifra estable de medio centenar de puestos de trabajo directos. A los anteriores deben sumársele los indirectos, fundamentalmente en el sector del transporte por carretera, donde su fábrica mantiene empleados a un buen número de transportistas autónomos.
El director del Negocio de Aguas de Hijos de Rivera, Álvaro García de Quevedo, ha señalado que "afrontamos un camino con un proyecto sólido y retador en la categoría de agua mineral, cuyos resultados iniciales nos están alentando a seguir invirtiendo y a acercar la calidad de nuestras aguas, Cabreiroá y Magma de Cabreiroá, a los consumidores y clientes"
Desde la compañía se ha apoyado la expansión nacional de Cabreiroá a través de diversas herramientas que han resultado todo un éxito como es el caso de las inversiones en mejoras industriales, las campañas publicitarias, el cambio de envases y la ampliación de formatos, las sinergias creadas con otros manantiales del grupo empresarial como Agua de Cuevas (en Felechosa, Asturias) o Fontarel (en Loja, Granada) o la asociación a licencias infantiles como la Patrulla Canina o la más reciente: Superwings.
Todo ello permite, refleja el comunicado, que Cabreiroá pueda seguir creciendo en sus instalaciones de Verín (Ourense) manteniendo una plantilla estable que se sitúa en torno a las 50 personas.
Después de cumplir 110 años el pasado 2016, la empresa afronta el futuro con optimismo y con un intenso calendario de actividad por delante que apuntale su crecimiento.
Un Premio Nobel fue asiduo de sus aguas
Cabreiroá fue desde principios de siglo la marca de agua nacional más exportada y en apenas en un par de años se consolidó como líder en el mercado suramericano, según indica la compañía.
El manantial de cuyo subsuelo brota un agua de la más alta calidad, pura fresca y transparente, cuenta con un perímetro de protección en propiedad de más de 250.000 m² y más de 2.000 plantas de árboles de diferentes familias.
Cabreiroá fue certificada en su origen por Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina, quien la declaró mineromedicinal y llegó a ser un visitante asiduo del manantial y del balneario, el cual se erigió para aprovechar las bondades de sus aguas.
El Hotel balneario de Cabreiroá tuvo su máximo esplendor entre 1910 a 1936, cuando fue lugar de encuentro de la burguesía europea de principios de siglo, que buscaba en sus aguas un lugar de esparcimiento y salud.
A nivel de marca, Cabreiroá es ya la segunda opción a nivel nacional en el canal de la hostelería, tanto en su versión de sin gas como con gas. La apuesta del grupo herculino por Verín se suma así al anuncio del Concello de potenciar también este sector. En este contexto nació el proyecto municipal de potenciar el sector del agüísmo, con el manantial de Cabreiroá como uno de sus referentes.
