POLÉMICA EN A MEZQUITA

El degüello de los gallos, una fiesta con polémica en A Mezquita

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photo_camera Dos vecinos, con los gallos de la celebración.

La tradicional "Festa dos Reis" finalizó con cuatro denuncias por el sacrificio de las aves

La tradicional "Festa dos Reis" de A Mezquita finalizó ayer con cuatro denuncias ante la Guardia Civil por el degollamiento de gallos de corral en una calle del pueblo, aves de las que posteriormente degustaron su carne en el transcurso de una comida a la que, al igual que el resto de días de la celebración (son cinco jornadas de fiesta), solo pueden acudir hombres.

Las denuncias las cursaron vecinos de la localidad que no están de acuerdo con la forma en que son sacrificadas las aves, a las que se ata por las patas a una cuerda, atravesando una calle. El objetivo es suspender al animal de la cuerda hasta que una persona, normalmente un joven cabalgando sobre un burro, arranque con la mano la cabeza del gallo.

El "día del gallo" fue el pasado 5 de enero y al lugar acudió la Guardia Civil, pero, según pudo saber este periódico, los agentes no encontraron ningún ave ni indicios del sacrificio. El vecino que ostentó este año el cargo de virrey (es junto el rey el que organiza los actos), Antonio López, restó importancia a la situación asegurando que el degollamiento de los gallos cada año va a menos, "porque hay mucha sensibilidad contra el maltrato de los animales. Además, se requiere gente joven y cada vez hay menos en el pueblo", aseguró.

La polémica de los gallos no es nueva en A Mezquita, dado que año tras año viene generando quejas de vecinos y ecologistas. Sin embargo, otra parte del vecindario la enmarca en la tradición de una fiesta que arrancó el pasado día 2 con el canto de villancicos por las calles del pueblo y el sacrificio de un ternero, cuya carne sirvió para elaborar los menús que fueron servidos en la Casa da Cultura, convertida en un restaurante comunitario, aunque solo para hombres. Las mujeres organizaron una cena por su cuenta.

Recogida del Aguinaldo

El vecino Samuel Villarino ostentó este año el trono del rey, acompañado de Antonio López como virrey. Tras el canto de los villancicos, el vecindario tuvo que aportar el "aguinaldo", que incluye la entrega de chorizos, androllas, botelos, jamón, dulces e incluso dinero. El pasado día 4 fue el "día dos invitados", en el que se permite a cada uno de los vecinos llevar a comer a sus amigos o conocidos que residan fuera de A Mezquita. El único requisito es que deben ser hombres. Antonio López reconoce que la celebración tiene un marcado carácter machista, aunque, al igual que el degollamiento de los gallos, va a menos, "porque en ocasiones ya se permite la entrada de mujeres a las comidas", apuntó.

La celebración incluyó actos lúdicos, sesiones musicales e incluso la degustación del típico roscón de reyes. Ayer fue el 'día da parranda", en el que, tras un almuerzo en la Casa da Cultura, rey y virrey tuvieron que desfilar, acompañadas de sus respectivas parejas sentimentales, en carrozas por las calles de la localidad antes de ser destronados. La celebración se complementó con una comida y una cena en la que se procedió a la elección de los reyes y virreyes para dentro de dos años.

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