CRÓNICA

Desde 1864 no se tocan los marcos

vilardevos_result
photo_camera Tras la firma, los intervinientes posaron antes de rematar la mañana con un ágape en un restaurante.

Vilardevós fue esta vez el Concello anfitrión de un protocolario acto entre los ayuntamientos y cámaras limítrofes para ratificar que las fronteras entre los dos países siguen en su sitio, desde el tratado de 1864.

Que sí, que por mucha fama que atesoran los gallegos, sobre todo los de interior, de andar moviendo marcos a su antojo y con el único afán de arañar algún ferrado al vecino, ayer en Vilardevós quedó ratificado que, por el momento, entre países los lindes se mantienen. Ninguno de los intervinientes pudo acreditar que se moviese la frontera metro atrás en uno u otro sentido, certificando que los hitos geográficos que separar Portugal de España permanecen en el mismo lugar en el que se fijaron allá por la segunda mitad del siglo XIX, cuando el Tratado de Lisboa delimitó la separación ficticia, que no real, entre ambos países. La ley obliga a una ratificación anual con la oportuna salida al campo que, por cuestiones de índole obvia, se despacha con el protocolario acto y la firma de las correspondientes actas. Tampoco ninguno de los presentes lucía el atuendo preciso para echarse al monte.

En Vilardevós -porque en Lobeira también tuvo lugar un acto idéntico en la mañana de ayer con representación de a uno y otro lado de la frontera-, estuvieron presentes los presidentes de las cámaras municipales de Vinhais y Chaves, Luis Dos Santos y Nuno Vaz, respectivamente, así como los principales mandatarios de los Concellos de Oímbra (Ana María Villarino), Riós (Francisco Armando Veiga), A Gudiña (José María Lago) y A Mezquita.

También participaron representantes de la fuerzas y cuerpos de seguridad de ambos estados, Miguel Ángel Rodríguez por la Guardia Civil, y Manuel Dos Reis, por la Guardia Nacional Republicana portuguesa.


Respeto a la tradición


Manuel Cardoso, el anfitrión, destacó la importancia de respetar las tradiciones y la necesidad de llevar a cabo actos institucionales de esta naturaleza, "o que é unha evidencia e reflexo das boas relacións de vecindade a un e outro lado da raia", algo que desde siempre todos los habitantes de los municipios y cámaras fronterizos han constatado.

Esta tradición tiene lugar cada año en los ayuntamientos limítrofes con Portugal, y tiene su origen con motivo de la firma del Tratado de Límites entre España y Portugal, rubricado en 1864 y en el que se estipula la obligación de redactar un acta de reconocimiento de las líneas fronterizas y la remisión de una copia a la Comisión Internacional de Límites.

Te puede interesar