Cientos de personas visitaron la veintena de puestos de venta y por la tarde disfrutaron del magosto
Aunque los primeros actos de la Feira de Outono, en su tercera edición, comenzaron a las once de la mañana, después de la apertura de la carpa de muestras y tras la inauguración con la charla sobre incendios forestales del viernes, fueron pasadas las siete de la tarde cuando la plaza García Barbón de la villa verinense comenzó a llenarse de personas ávidas de degustar las últimas castañas de la temporada, preparadas por un par de voluntarios de la Agrupación de Protección Civil de Verín.
Antes, y durante toda la jornada, la veintena de puestos atendieron a un buen número de gente, que perfectamente repartida en las franjas horarias comprobaba la oferta del certamen. Embutidos de Puebla de Sanabria, quesos llegados desde Castro Caldelas fruto del arte de un cubano, un francés, dos madrileños y una vasca -producido con cabras de origen murciana- o incluso protectores labiales elaborados con miel de abejas de Castrelo do Val y por las manos de una arquitecta técnica afincada en la ciudad de As Burgas.
La oferta se completa con varios puestos de artesanía, el de los productos de la huerta del valle regentado por un miembro del grupo de gobierno, que predica con el ejemplo; algún que otro de conservas del Támega, otro de vidrio soplado y alguno muy socorrido por los más jóvenes, de dulces.
El tiempo y la temperatura seguro que acompañarán en la jornada de clausura de hoy, que tendrá un especial enfoque, el de las plantas medicinales, desde las 11 de la mañana. Cerrará la tercera edición de la Feira de Outono una cata de vinos de la Denominación Monterrei, desde las 18,30 horas, en O Souto das Candeas, en la plaza.
El cierre de carpas se efectuará pasadas las ocho de la tarde, tras conocer el ganador de la cesta expuesta y para la que basta con adquirir algún objeto, producto o embutido para ser acreedor de una de las participaciones.
